El gobernador de la provincia de Santa Fe se mostró a favor del diálogo con el gobierno nacional y mandatarios opositores, aunque con el fin de acordar un nuevo rumbo económico.
En el marco de la entrega de móviles policiales para la Unidad Regional I, el gobernador Miguel Lifschitz se refirió a la carta que envió el presidente Mauricio Macri convocando a los sectores opositores a una mesa de diálogo con el objetivo de lograr acuerdos básicos. Para el mandatario provincial, es necesario cambiar el rumbo y acordar un nuevo modelo económico de desarrollo.
La carta cuenta con diez puntos básicos sobre políticas de Estado a largo plazo, para poder generar un consenso político y enviar una señal de estabilidad a los mercados internacionales. En las últimas horas, buena parte de Alternativa Federal y el líder de Evolución, Martín Lousteau, ya dieron el visto bueno a este decálogo; Sergio Massa se mostró abierto al diálogo pero puso condiciones; y Daniel Scioli confirmó que habló por teléfono con Mauricio Macri y le propuso sumar otras iniciativas. Para Lifschitz, “hubiera sido bueno realizar la convocatoria mucho antes” y no en medio del año electoral y en un clima de profunda crisis económica. Sin embargo, aseguró que “nunca es tarde para el diálogo”.
En diálogo con la prensa, el mandatario provincial expresó: “los consensos hay que prepararlos, conversarlos, buscar adhesión y hacer un temario antes de redactar un documento. Me da la sensación de que aquí se comenzó al revés“. No obstante, el gobernador expresará su visto bueno a las negociaciones siempre y cuando se acuerde un nuevo plan económico. “Si no nos ponemos de acuerdo en un modelo de desarrollo de país, es difícil lograr consensos”, sostuvo. “Valoramos una convocatoria al diálogo si es amplia y sincera; y si hay vocación de modificar el plan económico nos parece excelente”, continuó.
Según la crítica que realizó el ex ministro de Economía Roberto Lavagna, en su cuenta de twitter, entre los puntos que subraya la carta del gobierno nacional, en ningún momento se hace referencia a un plan de desarrollo económico. Más bien, en el decálogo se detalló la importancia de lograr y mantener el equilibrio fiscal; sostener un Banco Central independiente en el manejo de los instrumentos de política monetaria y cambiaria; promover una integración de la Argentina con el mundo; respetarla ley; crear empleo formal; reducir la carga impositiva nacional, provincial y municipal; consolidar un sistema previsional sostenible y equitativo; conformar un sistema federal transparente; resguardar un sistema de estadísticas confiable y cumplir con las obligaciones de los acreedores. Como bien se mencionó más arriba, la misiva marca pautas para que el país comience a ser bien visto en los mercados internacionales, cumpliendo con lo acordado y sugerido por el FMI.
En cuanto al organismo económico internacional, Lifschitz coincidió con Lavagna en que “tal vez el primer punto de consenso” debería girar en torno a una “renegociación con el Fondo Monetario sobre el vencimiento de la deuda en los próximos cuatro años para despejarle el camino al próximo presidente”.
En esta búsqueda de consensos, el kirchnerismo aseguró que la convocatoria de Cambiemos responde a las necesidades electorales. Desde el entorno de la expresidente Cristina Kirchner adelantaron que, en caso de recibir un llamado de la Casa Rosada, la senadora no aceptará dialogar a “libro cerrado”, según consignó Clarín.