Massa esperó su momento, arriesgó y se vendió caro en plena crisis. Cristina giró y colgó sus banderas. Alberto degradado.
En su estadía en el FDT Sergio Massa fue paciente, primero esperó, después en medio de la corrida cambiaria se vendió caro. Su rol de político profesional, con volumen y llegada al establishment lo convirtió en una especie de esperanza blanca para el FDT. Su nombre se llenó de expectativa, como la última moneda al aire.
Mientras Alberto y CFK lo miraban de reojo (lógicamente) y se preguntaban ¿cómo vamos a entregarle todo a Sergio? Optaron por la griega Batakis, pero el de Tigre siguió expectante, vendiéndose caro.
El paso de los días inquietó más a Cristina porque leía que la situación económica (y social) estaba al límite y finalmente colgó sus banderas nac&pop para girar ideológicamente. Alberto por su parte ya no tenía nada que decir ni ofrecer.
Cuando el croupier lanzó la bola al aire, Massa arriesgó y puso todas sus fichas al pleno. Con el riesgo de abrazarse a esta dinamita que es el FDT. El que no arriesga no gana. ¿Y si le sale bien? ALL IN!
Expectativa y realidad:
Para envidia de Guzmán, al Superministro le entregaron la botonera y Cristina le avaló un ajuste ortodoxo (aunque en silencio)!.
Los gobernadores también pidieron por él al igual que muchos de los pesos pesados del Frente. Estos apoyos sumados a su ambición de poder y la buena visión que hay de él desde EEUU daría la impresión de colmar las expectativas en una caótica economía Argentina. Pero ¿esto alcanzará para dar vuelta el partido? Expectativa y realidad.
No podemos dejar de nombrar las anteriores incorporaciones que venían a “salvar” al gobierno como el tucumano Manzur, el músculo que le iban a aportar al gabinete Julián Dominguez, (hoy renunciado) Agustín Rossi o Daniel Scioli (hoy eyectado por la puerta de atrás). Nada resultó.
Como traducirá el Ministro de Economía esas expectativas en la difícil realidad económica es la gran pregunta. Y como mantendrá la unidad de un frente tan variopinto, ecléctico y hoy claramente contradictorio de cara a un proceso de ajuste clásico.
Voy a ser mal pensado ¿Y si las cosas no salen bien? ¿Cristina y sus satélites apoyarán hasta el final? O lo dejaran fracasar solito, como a Alberto.
Objetivos de máximas y mínimas:
Sergio Massa no tiene espacio para pensar en negativo. No puede. Debe aportar soluciones, para eso lo pusieron. Pensando en un escenario “favorable” hay algunos objetivos de mínima y máxima.
- Operativo aguantar y hacer llegar al FDT a 2023, sin más. Llegar.
- Atraer dólares, acomodar la macro y llegar a su prometido orden fiscal.
- Un escalón mayor sería “controlar” una inflación descontrolada. En un gobierno que no tiene buenas para comentar lograr ese objetivo sería más que interesante.
Un escenario positivo de mínima lo posicionaría con argumentos más que sólidos para ser el candidato de un espacio pan-peronista. Esto significaría tener sobrevida política más allá de los resultados electorales de octubre de 2023. Su objetivo de máxima todos sabemos que lo tiene en su cabeza hace mucho tiempo, su ALL IN presidencial.
Pero muchísimo primero está la difícil situación de la economía Argentina y la endeblez del FDT que hasta el momento se devora todo. Expectativa y realidad.
Lic. Hernán Rodríguez Berardi. Politólogo.