El Gobierno apunta a modernizar el régimen laboral con una propuesta de fuerte impronta empresarial. Flexibilización de licencias, cambios en vacaciones, nuevos mecanismos de contratación y límites al sindicalismo, entre los ejes. La CGT, en alerta, ya prepara su contraofensiva.
En plena campaña hacia las elecciones legislativas de octubre, el Gobierno nacional vuelve a instalar uno de sus temas más sensibles: la reforma laboral. Con el respaldo explícito de las principales cámaras empresarias, y bajo la narrativa de «liberar las fuerzas productivas del país», el presidente Javier Milei y su equipo avanzan en una propuesta que, de ser aprobada, significaría la modificación estructural más profunda del régimen de trabajo desde el retorno de la democracia.
El paquete —aún no formalizado como ley integral— mezcla normas ya vigentes vía DNU, proyectos de ley en análisis y nuevas iniciativas que se están redactando. En conjunto, apuntan a desregular el mercado laboral, reducir los «costos empresariales», flexibilizar los contratos y acotar el poder de negociación colectiva. Todo esto, en nombre de la «competitividad» y el «empleo genuino».
Sin embargo, el camino no será fácil. El Congreso está dividido y la CGT —aunque con matices internos— ya anticipó su rechazo. El sindicalismo advierte que muchos de los cambios propuestos implican una pérdida de derechos históricos y se prepara para dar la batalla tanto en el plano institucional como en la calle.
Reforma laboral Milei: los principales puntos en discusión
1. Flexibilización de vacaciones
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Se permitirá fraccionar las vacaciones en distintos bloques dentro del mismo ciclo anual, con un mínimo de 7 días corridos por tramo.
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Las empresas deberán notificar al trabajador con al menos 21 días de anticipación, y podrán organizar las vacaciones según «necesidades operativas».
2. Licencias por maternidad
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Se habilita la posibilidad de reducir el período previo al parto (de 45 a 30 días), y acumular los días restantes para después del nacimiento.
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La medida busca adaptarse a la voluntad de la madre y mejorar la «eficiencia» del régimen de licencias.
3. Contrato por tiempo determinado
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Se impulsa un nuevo régimen de contratación temporal, con menor carga indemnizatoria y menos exigencias formales.
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Las empresas podrían contratar por lapsos de hasta 12 meses con condiciones más laxas, sin necesidad de justificación.
4. Indemnizaciones
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Se trabaja en un esquema de fondo de cese laboral, inspirado en el modelo de la UOCRA, donde el empleador realiza aportes mensuales y se evita el pago de indemnización tradicional.
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El objetivo es reducir la “industria del juicio” y facilitar despidos.
5. Poder sindical y representación
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El DNU 70/2023 ya estableció la posibilidad de desafiliación automática a los sindicatos, y limita la capacidad de bloqueos y huelgas en servicios esenciales.
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Se debate ahora la posibilidad de restringir las “licencias gremiales” y de reglamentar el derecho a huelga con más restricciones.
6. Reformulación del régimen de pasantías y primer empleo
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El Gobierno pretende crear un nuevo régimen de empleo joven, que elimine cargas patronales por un tiempo determinado y limite derechos laborales en los primeros meses.
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Se busca fomentar el ingreso al mundo laboral con menos rigidez.
Apoyo empresarial y puja política
El gobierno cuenta con el respaldo explícito de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de Comercio, la Sociedad Rural y otras entidades que consideran que este paquete “va en la dirección correcta”. Para estos sectores, la rigidez laboral es uno de los principales obstáculos al crecimiento económico.
Milei apuesta a que este tema le permita recuperar iniciativa política y revalidar su discurso ante el electorado libertario. Incluso, busca marcar una diferencia clara con la oposición dialoguista que —según su diagnóstico— fracasó en intentar este tipo de reformas.
Pero la iniciativa no tiene garantizados los votos en el Congreso. Aún con el respaldo de algunos bloques aliados, los proyectos chocan con resistencias en sectores de la UCR, el PRO dialoguista, el peronismo federal y, por supuesto, Unión por la Patria. La falta de consensos parlamentarios convierte a la reforma laboral en un tema explosivo.
La CGT en alerta: “Es inaceptable que se retroceda en derechos”
Desde la CGT, el rechazo fue categórico. Gerardo Martínez (UOCRA) —una de las voces más moderadas del movimiento obrero— fue quien expresó públicamente la posición de la central obrera:
“Una modernización laboral puede debatirse, pero no a costo de derechos conquistados por generaciones de trabajadores”.
Además, la CGT denuncia la ausencia de diálogo formal con el Ejecutivo, la utilización del DNU para imponer cambios sin consenso, y el intento de debilitar el poder sindical. El temor más profundo es que esta reforma siente las bases de un modelo de relaciones laborales precarizado y con menor poder de organización colectiva.
Por ahora, no hay medidas de fuerza definidas, pero la conducción sindical anticipa un clima de tensión creciente. De no haber diálogo real, las movilizaciones callejeras y las acciones judiciales volverán a escena.
Reforma laboral y elecciones: ¿será un eje de campaña?
Todo indica que Milei intentará instalar esta reforma como bandera de su campaña legislativa. Se trata, en definitiva, de un proyecto que define su identidad política: menos Estado, más libertad de mercado. Sin embargo, en un país con alta informalidad y desigualdad, los cambios propuestos afectan a millones de trabajadores registrados y precarizados.
La oposición deberá definir si está dispuesta a acompañar parte de la reforma o si, por el contrario, la convierte en un eje de confrontación electoral. En cualquiera de los dos casos, el tema laboral volverá a ocupar el centro de la escena.