La presentación de la lista de candidatos a diputados nacionales por Provincias Unidas en Rosario dejó un episodio que rápidamente escaló a la agenda política provincial. El gobernador Maximiliano Pullaro, en medio de su discurso, lanzó un comentario dirigido a la primera candidata de Fuerza Patria, Caren Tepp, que fue interpretado como un exabrupto cargado de menosprecio hacia la condición de las mujeres en política.
“Está la mujer de Monteverde que se quiere edulcorar al peronismo”, dijo el mandatario en referencia a Tepp, reduciendo su rol a ser “la mujer de Juan Monteverde”, dirigente de Ciudad Futura y su pareja, sin reconocerla por su trayectoria y méritos propios como dirigente política.
La frase de Pullaro desató fuertes críticas no solo en el peronismo sino también en sectores sociales que lo acusaron de reflejar, con esa expresión, una visión reduccionista y despectiva hacia la participación de las mujeres en la vida pública. En un contexto donde el propio gobernador busca instalar un discurso de modernidad y renovación, sus palabras evidencian —según las reacciones posteriores— un retroceso en materia de reconocimiento y equidad de género.
La respuesta de Caren Tepp: “Yo no soy la mujer de nadie”
La candidata de Fuerza Patria respondió con dureza a través de sus redes sociales y luego sus declaraciones se multiplicaron en distintos ámbitos. Tepp fue contundente:
“Yo no soy la mujer de nadie, yo soy Caren Tepp, pero usted, Pullaro, es el gobernador de Milei”.
En un mensaje que rápidamente se viralizó, la dirigente le recordó al gobernador que además de ser referente político tiene un rol institucional:
“Su comentario no solo me ofende a mí, ofende a todas las mujeres de esta provincia. Gobierne para quienes lo votaron y para quienes no lo votamos también”.
Tepp no solo centró su respuesta en la ofensa personal sino que amplió el eje para denunciar lo que considera una mirada estructural de Pullaro hacia las mujeres:
“No me sorprende que piense que las mujeres valemos por el hombre que tenemos al lado y no por nuestros propios méritos, por nuestras ideas y por nuestros sueños. Pero le digo algo, deje de subestimarnos, porque es nuestra fuerza, la fuerza de las mujeres, las que hoy están sosteniendo lo que usted debería garantizar”.
Crítica política y social
La candidata peronista además vinculó su respuesta al contexto social y económico que atraviesan las mujeres trabajadoras en la provincia:
“Son las maestras que educan a nuestros hijos, a las que usted castiga y persigue, obligándolas a ir a trabajar aún estando enfermas. Son médicas y enfermeras, las que cuidan a nuestros padres y abuelas, a las que usted tiene con salarios de miseria. Son mujeres también las que en los barrios le ponen el hombro a la crisis y le están dando de comer a nuestros vecinos”.
En su mensaje, Tepp subrayó que la fuerza de las mujeres, junto a los trabajadores y los 12 partidos que conforman Fuerza Patria, es la única capaz de enfrentar tanto la política de ajuste del presidente Milei como la del propio gobernador:
“Somos nosotras las que no tuvimos miedo de enfrentar a Milei desde el primer día, mientras usted se dedicaba a darle todo lo que necesitaba para hacernos la vida más difícil. Hoy es la fuerza de las mujeres, junto a la de los trabajadores y los 12 partidos que formamos Fuerza Patria, la única capaz de frenar la motosierra de Milei y también la suya, gobernador”.
“Las causas del justicialismo no se edulcoran”
El cierre de su réplica estuvo cargado de contenido político e identitario, al remarcar que su espacio no acepta rebajas ni etiquetas impuestas:
“Deje la campaña permanente, póngase a gobernar de una vez, porque la gente está cansada de vivir tan mal. Déjenos a nosotros y a nosotras la tarea de pelear contra quienes tengamos que pelear. Y una última cosa que le quiero decir: las causas del justicialismo no se edulcoran ni se matizan. Se levantan y se llevan como bandera a la victoria”.
Un episodio que marca la campaña
El episodio deja en evidencia cómo la campaña hacia las legislativas del 26 de octubre se tensiona cada vez más en torno a los liderazgos y al rol de las mujeres en la política. La frase de Pullaro, interpretada como un gesto de subestimación, colocó a Tepp en el centro de la escena y abrió un debate más amplio sobre los límites del discurso político en una provincia que atraviesa momentos críticos tanto en materia social como institucional.