La política santafesina volvió a quedar en el centro de la escena nacional. Luego de la reunión en Olivos entre el presidente Javier Milei y el expresidente Mauricio Macri, en la que ambos acordaron trabajar en conjunto y avanzar hacia una eventual coalición de gobierno tras las elecciones legislativas del 26 de octubre, se instaló con fuerza un rumor que ya circulaba en los pasillos: Macri estaría decidido a intervenir el PRO en Santa Fe. El motivo inmediato es el malestar que generó en el exmandatario el mensaje lanzado por la vicegobernadora y presidenta del partido en la provincia, Gisela Scaglia, quien en un acto de campaña afirmó que “su jefe no está en Buenos Aires”, en clara alusión al propio Macri.
El trasfondo es aún más complejo. La posibilidad de un entendimiento político entre Milei y Macri abre un dilema estratégico para el PRO: cómo ordenar su estructura nacional en un momento en que el libertarismo busca consolidar alianzas y sumar volumen parlamentario. En este escenario, las tensiones en Santa Fe se vuelven un punto sensible, ya que el macrismo provincial forma parte del frente oficialista Unidos junto al radicalismo gobernante y sectores del socialismo, una coalición que proyecta liderar la política santafesina hacia 2027.
Un dirigente del PRO confió a este medio que la definición de Macri es tajante: “Sería raro que trabajemos con el Presidente en la Nación y que en Santa Fe el partido sea opositor, integrando un gobierno que busca proyectarse nacionalmente con expresiones del peronismo”. La frase sintetiza el choque de estrategias: mientras Macri busca unificar criterios hacia adentro del PRO para alinearlo con Milei, en Santa Fe el partido se encolumna detrás del gobernador Maximiliano Pullaro, consolidando una construcción distinta.
El acuerdo Milei-Macri: una señal política fuerte
La reunión en Olivos fue anunciada con pompa en redes sociales. Milei habló de un “encuentro fructífero” y anunció que, desde el 27 de octubre, ambas fuerzas trabajarán para “construir los consensos necesarios que permitan avanzar en las reformas estructurales que necesita el país”. Macri fue presentado por el libertario como “el presi”, un gesto simbólico que reacomoda el tablero interno y sugiere un liderazgo compartido en el nuevo esquema político.
En paralelo, el expresidente había llegado a esa reunión con un objetivo claro: ordenar su propio espacio y disciplinar a las listas. Aunque no logró bajar la candidatura de José Luis Espert, sí dejó en claro que el PRO no puede estar a contramano de la estrategia nacional. En ese contexto, el gesto de Scaglia en Rosario fue leído como una afrenta personal y política.
El acto en Rosario y la frase que encendió la interna
La candidata y titular del PRO santafesino cerró el acto de Provincias Unidas en Rosario con Pullaro a su lado. En un discurso cargado de referencias a la educación pública, la seguridad y las reformas pendientes, dejó para el final la declaración más comentada: “Me voy de la vicegobernación convencida de que mi jefe no está en Buenos Aires. Yo respondo a este gobernador, un hombre honesto y noble”, dijo, abrazando a Pullaro.
La frase no pasó inadvertida. En un momento en que el expresidente busca alinear a todo el partido con la estrategia nacional y con la eventual coalición con Milei, que la presidenta del PRO en Santa Fe desconozca explícitamente su liderazgo constituye un desafío abierto. El malestar fue inmediato: Macri considera que el PRO no puede ser oficialista en la provincia y opositor en la Nación.
Intervención en debate
Aunque aún no hay una confirmación oficial, las versiones sobre la intervención del PRO santafesino crecen. Macri ya habría mantenido conversaciones con dirigentes de peso para comenzar a trabajar en consecuencia, buscando ordenar al partido detrás de la estrategia nacional. En los hechos, esto podría implicar desplazar a Scaglia de la conducción y designar una mesa interventora que defina el rumbo político del PRO en la provincia.
La jugada no es menor. Santa Fe es uno de los distritos clave para el armado de 2027 y Pullaro aparece en el radar como figura con proyección nacional. Si el PRO se mantiene como socio prioritario en Unidos, esa proyección podría chocar con los planes de Macri y Milei, que buscan construir un esquema alternativo de poder.
Una pulseada que anticipa 2027
La tensión actual expone una contradicción mayor: el PRO santafesino integra un frente provincial que busca consolidarse con gobernadores, intendentes y sectores del peronismo no kirchnerista, mientras en el plano nacional se aproxima un acuerdo con Milei que redefine lealtades y prioridades.
La incógnita es cómo se resolverá este dilema. Si Macri avanza en la intervención, el PRO en Santa Fe podría fracturarse o verse forzado a redefinir su papel dentro de Unidos. Si, en cambio, prevalece la conducción de Scaglia y Pullaro, el partido se alineará a un esquema local que no necesariamente coincidirá con las decisiones de la mesa nacional.
En cualquiera de los casos, lo que hoy se juega es mucho más que una interna partidaria: se trata del lugar que tendrá Santa Fe en la construcción de poder nacional que viene.