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Amenazas, descuentos y confrontación: Ministro reaviva el conflicto con la docencia

El ministro de Gobierno redobló su ofensiva contra AMSAFE y CTERA. Confirmó descuentos y profundizó la confrontación. Su estilo patotero genera rechazo incluso dentro del oficialismo.

El ministro de Gobierno redobló su ofensiva contra AMSAFE y CTERA, anunció descuentos a quienes adhieran al paro nacional y volvió a instalar un discurso de confrontación. En Santa Fe, la democracia se ejerce como la plantea el oficialismo o no se ejerce.

El conflicto entre el Gobierno provincial y los docentes santafesinos volvió a escalar. En una rueda de prensa brindada en la Legislatura, el ministro de Gobierno, Fabián Bastia, lanzó nuevas advertencias contra el gremio Amsafé, ratificó los descuentos salariales a quienes adhieran al paro nacional convocado por CTERA, y reeditó su estilo confrontativo, que lo ha convertido en una de las figuras más cuestionadas del gabinete de Maximiliano Pullaro.

El funcionario, conocido por su tono provocador y su trato áspero con sindicatos y opositores, sostuvo que “en Santa Fe quien dice cuándo hay clase es el gobierno, no Baradel”, en alusión al referente nacional del gremio docente bonaerense.

Sus declaraciones no solo profundizan el malestar entre los trabajadores de la educación, sino que reafirman una política oficial que concibe la negociación como imposición. En la provincia de Santa Fe —como se advierte en distintos frentes laborales— la democracia se ejerce como la plantea el oficialismo o simplemente no se ejerce.

El ministro que elige enemigos

En el círculo político santafesino, pocos funcionarios generan tantas resistencias como Bastia. Dirigentes sindicales lo acusan de “patotero” y autoritario, mientras que incluso dentro del oficialismo hay quienes reconocen —aunque en voz baja— que “su estilo confronta más de lo que construye”.

Su última intervención fue una muestra más de esa lógica. Durante la conferencia, Bastia insistió en asociar la huelga docente al dirigente bonaerense Roberto Baradel, buscando deslegitimar los reclamos de AMSAFE:

“El paro lo vuelve a determinar Baradel. Baradel es quien dice cuándo hay clase o no. En Santa Fe, quien dice cuándo hay clase es el gobierno: cuándo empieza el ciclo lectivo y cuándo termina”.

Con ese argumento, el ministro ratificó que la Provincia descontará el día a los docentes que adhieran al paro convocado por la Confederación de Trabajadores de la Educación (CTERA) para el 14 de octubre, en reclamo por la restitución del FONID, la paritaria nacional y el fin del ajuste presupuestario.

“Otro paro de Baradel que algunos actores provinciales deciden acompañar. En esta provincia, Baradel no le hace más paro a los santafesinos por decisión del gobierno de Santa Fe”, lanzó Bastia ante los medios, en un tono más propio de una disputa política que de un diálogo institucional.

El trasfondo: salarios atrasados, recortes y una educación en crisis

La respuesta sindical no tardó en llegar. Desde AMSAFE recordaron que los docentes santafesinos perdieron más del 30% del poder adquisitivo desde diciembre de 2023, mientras que la Provincia “ajusta salarios al ritmo del Gobierno nacional, pero no acompaña la inflación ni el deterioro del salario real”.

El gremio, que ya confirmó su adhesión a la medida nacional, señaló que la decisión de descontar los días de paro “es una amenaza inadmisible y una muestra de persecución laboral”.
En su comunicado, remarcaron que “la docencia santafesina sufre el ajuste de Milei, pero también el ajuste de Pullaro, que se traduce en salarios congelados, desinversión educativa y un clima de hostigamiento institucional”.

La protesta convocada por CTERA a nivel nacional apunta contra el desfinanciamiento educativo: la eliminación del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) —que representaba cerca de 124 mil pesos mensuales por cargo—, la reducción de las partidas presupuestarias, la caída de becas estudiantiles y la falta de convocatoria a la paritaria nacional.

En Santa Fe, el malestar es doble: los docentes responsabilizan tanto a Milei como a Pullaro por la política de ajuste.

“En esta provincia las políticas de Milei se aplican con sello santafesino”, señaló un dirigente gremial. “Ajuste, tarifazos, sueldos atrasados y un gobierno que amenaza en lugar de dialogar. Esa es la democracia que hoy se vive en Santa Fe”.

Una gestión que gobierna desde el conflicto

Las declaraciones de Bastia no son un hecho aislado, sino parte de una estrategia política de disciplinamiento. En los últimos meses, el ministro se ha convertido en vocero del ala dura del gobierno provincial, enfrentando a gremios docentes, estatales y del sector salud con una narrativa de “orden” y “autoridad”, que muchos dentro del propio oficialismo consideran imprudente y desgastante.

Su figura concentra el perfil de un gobierno que se muestra fuerte en los números legislativos, pero cada vez más débil en el terreno del diálogo social.

Mientras Pullaro busca consolidar su liderazgo político de cara a 2027, Bastia encarna el rol del funcionario que elige la confrontación como método de gestión, una táctica que, lejos de resolver conflictos, los amplifica y polariza.

Desde la oposición, varios legisladores provinciales expresaron su preocupación por el tono del ministro y su “falta de empatía institucional”. “Amenazar con descuentos o señalar enemigos no es gobernar, es administrar el miedo”, sostuvo un diputado peronista.

Docentes, médicos, policías y estatales: los otros frentes de la tensión

El conflicto docente es apenas uno de los múltiples frentes abiertos que enfrenta la gestión Pullaro. Médicos, policías y trabajadores estatales también denuncian atrasos salariales, precarización y pérdida del poder adquisitivo, mientras el Gobierno provincial insiste en mantener el equilibrio fiscal a costa del gasto social.

En ese contexto, Bastia se convirtió en el rostro del ajuste y la confrontación, el funcionario encargado de “marcar autoridad” ante los reclamos laborales. Pero su figura también expone el límite político del oficialismo: la imposibilidad de sostener el orden sin diálogo, y la dificultad de administrar la conflictividad social en una provincia históricamente sindicalizada.

Una democracia con límites definidos por el poder

Las declaraciones del ministro de Gobierno no solo tensan la relación con los gremios, sino que ponen en debate la calidad democrática en Santa Fe. La frase “en Santa Fe quien decide cuándo hay clase es el gobierno” sintetiza una lógica que se extiende a otros ámbitos: el Ejecutivo fija las reglas, define los márgenes del disenso y considera cualquier oposición como una amenaza.

En una provincia que atraviesa un proceso de reforma constitucional y que se enorgullece de su institucionalidad, el mensaje de Bastia revela una paradoja inquietante: mientras el oficialismo habla de modernización y eficiencia estatal, reinstala prácticas autoritarias y verticalistas.

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