El Gobierno nacional dio un paso decisivo en su intento por instalar la Reforma Laboral durante las sesiones extraordinarias, y lo hizo en el marco del Consejo de Mayo, el espacio institucional creado tras el Pacto firmado el 9 de Julio. El encuentro de este miércoles no solo expuso la profundidad de las diferencias entre el oficialismo, los sindicatos y parte del empresariado, sino que también evidenció un dato político central: una de las participantes de peso en la mesa fue la senadora santafesina Carolina Losada, quien reafirmó su alineamiento con la agenda de reformas del presidente Javier Milei.
Losada —que junto al diputado Cristian Ritondo representa al Poder Legislativo dentro del Consejo— mantuvo un rol activo en la discusión y dejó una definición clave al cierre del encuentro: “La reforma laboral está muy avanzada… el Congreso seguramente hará cambios, pero el proceso viene encaminado”. Su postura fue interpretada como un respaldo político al oficialismo, al tiempo que evidenció la necesidad de que el Gobierno asegure una base parlamentaria sólida para encaminar la reforma más sensible del paquete.
La reunión, desarrollada en el Salón de los Escudos de la Casa Rosada, estuvo marcada por dos elementos que reconfiguran la escena:
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La filtración de borradores previos, que alteraron la confianza entre los miembros del Consejo.
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La tensión abierta con la CGT, que advirtió que el texto que viene impulsando la Casa Rosada “no tiene consenso y afecta derechos laborales básicos”.
El jefe de Gabinete, Manuel Adorni —recién estrenado en el rol tras la salida de Guillermo Francos— condujo el encuentro junto al ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger. Del lado de los gobernadores, participó Alfredo Cornejo; en representación de los industriales, Martín Rappallini (UIA), y por los sindicatos, Gerardo Martínez (UOCRA). El Gobierno ya definió que el documento final se presentará el 9 de diciembre, adelantando plazos y buscando que el Congreso trate el paquete en extraordinarias.

Un temario tan amplio como conflictivo
Aunque nadie lo había recibido completo antes de la reunión, el capítulo laboral que trabaja el Ejecutivo contiene puntos de alto impacto político: Ultraactividad de los convenios colectivos. Relación convenios / cargas fiscales. Peajes, financiamientos y aportes a sindicatos y cámaras. Derechos colectivos e individuales. Democracia sindical. Cambios para autónomos. Derogaciones varias.
Según fuentes del Consejo, el documento ingresará al Parlamento dividido en varias leyes, estrategia pensada para evitar un rechazo total en caso de bloqueo sindical o político.
Losada, que viene sosteniendo una relación fluida con el oficialismo y juega como un puente con sectores de Juntos por el Cambio, evitó confrontar directamente con los sindicatos, pero dejó clara su posición: “La reforma va a llegar al Congreso y habrá modificaciones, pero es necesaria. Tenemos que modernizar sin perder derechos”, dijo al finalizar el encuentro.
Un Consejo con grietas internas y sospechas cruzadas
El clima no fue el mismo que marcó las reuniones anteriores. Desde temprano, los participantes detectaron inconsistencias en borradores de trabajo y medidas que, según afirmaron, “no estaban acordadas y fueron cambiando”. La situación tensó especialmente la relación con la CGT, que ya había pedido públicamente una reunión directa con el Presidente sin obtener respuesta.
Gerardo Martínez fue contundente:
“Están en juego los derechos laborales y la CGT no va a aceptarlo. No se puede presentar un proyecto sin consenso.”
Al finalizar la reunión, incluso subió al despacho de Santiago Caputo para expresar su malestar.
Del otro lado, la UIA juega un papel ambiguo: acompaña la mayoría de los puntos, pero presiona para incluir un límite a las indemnizaciones por despido, propuesta que genera resistencia en legisladores y provincias —incluido el gobernador Alfredo Cornejo— y que el propio Sturzenegger estaría dispuesto a apoyar como parte del paquete.
Ritondo sintetizó la situación con crudeza:
“La CGT quiere un proyecto, la UIA otro, y nosotros estamos en el medio.”
Losada y el rol legislativo en una reforma que será batalla central del 2026
El protagonismo de Carolina Losada no pasó desapercibido. No solo representó al Senado en el encuentro: también envió una señal política hacia dentro de su propio espacio. La senadora radical viene construyendo un perfil de aliada estratégica de Milei en temas estructurales, especialmente en reformas económicas, pero sin cerrar completamente la puerta a negociaciones con gobernadores —especialmente los de su propio partido— y sectores sindicales “razonables”.
En este contexto, su presencia en la mesa del Consejo fue interpretada como un gesto de confianza por parte del Ejecutivo, que buscará en ella y en otros dialoguistas parte de los votos que necesitará en el Congreso para avanzar con los cambios.
La reforma laboral, además, será el primer gran test de la nueva configuración política del Parlamento post octubre. El Gobierno lo sabe y por eso adelantó el cronograma.
¿Qué podría incluir finalmente la Reforma Laboral?
Uno de los borradores que circuló antes de la reunión —y que elevó las tensiones internas— contiene puntos sensibles:
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Flexibilizar convenios colectivos y permitir convenios por empresa.
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Tope a las indemnizaciones (punto resistido por CGT y varios gobernadores).
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Bancos de horas y premios por productividad.
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Reducción de impuestos al trabajo para estimular empleo.
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Posibilidad de cobrar salarios en pesos, dólares o euros.
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Ampliación de jornadas laborales.
Nada está cerrado: la redacción oficial todavía puede cambiar, y la discusión en el Congreso volverá a abrir el tablero.
Un final abierto a negociaciones
Mientras el Gobierno insiste en acelerar tiempos, distintos integrantes del Consejo advierten que todavía no hay consenso real. La CGT mantiene su rechazo, la UIA quiere más modificaciones y en el Congreso la correlación de fuerzas es volátil.
Losada, aun optimista, lo reconoció:
“Seguramente el Congreso hará cambios. Hay que trabajar para lograr acuerdos.”
El 9 de diciembre será el primer capítulo de una pulseada política, sindical y legislativa que promete marcar los primeros meses del 2026.



