La concejal alcanzó la presidencia tras una votación inédita que pone fin a más de una década de control oficialista. El cambio expresa una nueva etapa política basada en el diálogo, la transparencia y la participación ciudadana.
En una votación histórica, la concejal Gisela Da Ponte fue elegida como nueva presidenta del Concejo Municipal de Granadero Baigorria, finalizando 12 años consecutivos de conducción del oficialismo y, en particular, del espacio encabezado por Adrián Maglia. La decisión legislativa representa un punto de inflexión en la vida política de la ciudad y abre paso a una nueva correlación de fuerzas dentro del cuerpo deliberativo.
La elección contó con el respaldo de una mayoría transversal de concejales que, pese a sus distintas pertenencias partidarias, coincidieron en la necesidad de renovar el liderazgo legislativo y poner fin a un esquema de concentración de poder que dominó el Concejo en los últimos años.
Un mensaje político y generacional
La designación de Da Ponte no solo tiene impacto institucional, sino que envía un mensaje de cambio hacia la ciudadanía: el Concejo debe recuperar su función de control, debate y representación plural.
“La presidencia no debía seguir siendo oficialista”, fue la premisa que unió a sectores opositores y referentes que representan una nueva generación política dentro de la ciudad.
El recambio de autoridades marca el inicio de una etapa basada en el diálogo, la modernización del Estado y la participación activa de los vecinos, dejando atrás una lógica que, según expresaron concejales, estuvo signada por la mediocridad y el atropello de la actual gestión municipal.
En ese proceso destaca la figura de Lautaro Barrera, dirigente de 23 años, referente del frente Unidos para Cambiar Santa Fe, quien impulsó una estrategia de renovación política y articulación interna que fue clave para construir la mayoría necesaria.
Una agenda para un Concejo más abierto y cercano
Con su elección, Da Ponte asume el desafío de conducir el Concejo Municipal hacia una etapa de apertura y búsqueda de consensos, con objetivos claros: Recuperar el rol institucional del cuerpo deliberativo. Fortalecer la transparencia y la rendición de cuentas. Promover una agenda legislativa dinámica y cercana a los vecinos. Construir carácter propositivo frente a la actual gestión municipal
El cambio de autoridades busca equilibrar el poder político, generar alternativas reales de gestión y construir nuevas formas de relación entre el Estado local y la ciudadanía.
Un punto de partida
La votación que consagró a Gisela Da Ponte simboliza el inicio de una ciudad que se piensa a futuro y decide transformar sus prácticas políticas. Es, además, un gesto hacia el fin de los personalismos que dominaron la escena en Baigorria y el comienzo de una conducción plural, joven y con voluntad de diálogo.
El desafío que comienza será ordenar prioridades, construir consensos y sostener una agenda de trabajo moderna, donde la participación comunitaria y la transparencia vuelvan a estar en el centro de la política local.



