El peronismo de Rosario enfrenta un escenario complejo y desafiante en el contexto de elecciones clave. Si bien el partido de izquierda nacido en Rosario no es de raigambre peronista, hoy parece ser la salida confiable para muchos díscolos y desencantados.
Luego del caótico congreso provincial que puso en evidencia profundas divisiones internas, las diversas facciones del Partido Justicialista (PJ) tienen apenas unos días para definir estrategias de alianzas y candidatos tanto para el Concejo Municipal como para la Convención Constituyente.
Si bien la “Paz y el orden” puede ser un slogan con malos recuerdos del último paso del Peronismo por la gestión provincial, es cierto que bien se podría citar para lo que por estos días se vive en la política rosarina con Ciudad Futura como principal protagonista. Es que el partido fundado por Juan Monteverde y su pareja Karen Tepp, están ante un escenario de alianzas inédito, recibiendo a todos aquellos sectores que comulguen con su ideología y que no estén en el mismo barco de la conducción provincial del PJ.
Ciudad Futura, que debe renovar las bancas de Juan Monteverde y otros representantes, también juega un rol central. Las conversaciones con sectores peronistas, incluyendo el entorno de Perotti, buscan construir un frente amplio. Sin embargo, persisten tensiones sobre la titularidad de los votos obtenidos en la última elección. “Creer que alguien es dueño de los votos es soberbio”, replican desde Ciudad Futura.
En las últimas elecciones rosarinas, Juan Monteverde estuvo a 3 puntos de arrebatarle la intendencia a Pablo Javkin. Fue la primera experiencia de este partido de izquierda aliado al peronismo santafesino.
Crisis interna y falta de rumbo
El reciente cisma en el PJ santafesino, agravado por el congreso realizado en diciembre, dejó heridas abiertas entre la dirigencia y sectores que decidieron apartarse. Mientras las autoridades partidarias locales insisten en priorizar la unidad, voces críticas aseguran que la conducción busca «un peronismo para pocos». Grupos como el Movimiento Evita, exrossistas como Leandro Busatto y Norma López, y Ciudad Futura señalan una falta de inclusión que podría profundizar las fisuras.
Para muchos, el objetivo primordial debería ser ganar el Departamento Rosario mediante una lista unificada con el mejor candidato posible. Sin embargo, los antecedentes de definiciones a último momento generan incertidumbre. “En 2023, las decisiones se tomaron una hora antes de los cierres y así nos fue”, lamentan.
Nombres en juego y posibles alianzas
De cara a las elecciones locales, varios actores del PJ buscan consolidar sus posiciones. Lisandro Cavatorta, Julia Irigoitia y Norma López, quienes deben renovar sus bancas, exploran alianzas que maximicen su influencia. En el Frente Renovador, liderado por Diego Giuliano, aseguran que Cavatorta competirá, mientras Irigoitia podría reeditar una alianza con sectores cercanos al exgobernador Omar Perotti.
Otro actor relevante es Marcelo Lewandowski, quien confirmó su intención de presentar listas y suena como candidato a convencional constituyente. La Cámpora también intentará influir en las definiciones. Germán Martínez, presidente del PJ rosarino, será clave en la negociación para evitar que las fracturas provinciales se repliquen a nivel local.
La carrera por la Convención Constituyente
En paralelo, las elecciones para convencionales constituyentes representan otro desafío importante. La posibilidad de que Unidos presente un candidato único, sumado a figuras de La Libertad Avanza y Amalia Granata, obliga al peronismo a buscar unidad para tener opciones competitivas. “Un buen candidato podría ganar el departamento y conseguir un convencional. Esa debería ser la estrategia”, sostienen desde la conducción.
No obstante, los tiempos apremian y algunos sectores ven difícil alcanzar acuerdos. La exclusión de figuras como Toniolli, Lewandowski y Busatto de las últimas negociaciones genera malestar. Aunque estos líderes no descartan volver a competir, la falta de PASO complica el panorama.
Desafíos y futuro incierto
La ausencia de elecciones primarias agrega tensión a un proceso electoral ya de por sí complejo. Mientras algunos sectores llaman a la unidad, otros advierten que una ruptura definitiva podría debilitar al peronismo no sólo a nivel local, sino también provincial y nacional. “Hay que hacer un esfuerzo por unirnos, porque si esta ruptura se consolida, será difícil repararla”, concluyen.
Con el reloj apremia, el peronismo rosarino enfrenta el desafío de superar sus diferencias y construir una estrategia que le permita competir con éxito en un escenario electoral decisivo. La clave estará en si logran encontrar el equilibrio entre unidad y representatividad en las semanas que restan.
Por Facundo Acosta