En el inicio de la sesión dedicada a debatir las reformas vinculadas al Poder Judicial dentro del proceso de reforma constitucional, el presidente de la Convención, Felipe Michlig, realizó un pedido de disculpas públicas por el exabrupto que protagonizó en la última reunión, cuando se lo escuchó decir al aire que iba a “cagar a trompadas” a un convencional opositor.
El legislador radical, con una extensa trayectoria en la política santafesina, reconoció que su reacción fue inapropiada y que correspondía expresarse de manera clara ante el pleno. El gesto, que sorprendió por la franqueza, fue saludado por la mayoría de los convencionales como una muestra de madurez política en un contexto de alta tensión.
Un reconocimiento a la experiencia
Michlig, representante del departamento San Cristóbal en el Senado provincial, preside el cuerpo que tiene la responsabilidad histórica de redactar el nuevo texto constitucional. En esa función, sus palabras adquieren un peso especial. “Fue un exabrupto, un error que no corresponde a mi rol ni a la responsabilidad institucional que me toca ejercer”, admitió.
El dirigente explicó que la frase surgió en el marco de un intercambio con el convencional libertario Nicolás Mayoraz, y que se escuchó porque el micrófono de la transmisión oficial quedó abierto tras la finalización de la sesión. “Más allá de que fue en un ámbito privado, corresponde pedir disculpas públicas”, agregó.
Comunicado:
“Pido las DISCULPAS del caso por un comentario vertido al término de la sesión plenaria”.
“En la sesión plenaria de la Convención Reformadora de ayer, que me tocó presidir, una vez finalizada la misma, realice un comentario a un colaborador en forma PRIVADA, a…
— Felipe Michlig (@felipemichlig) September 2, 2025
Reacciones en el recinto
El pedido fue recibido con gestos de aprobación por gran parte del pleno, que valoró la actitud de Michlig de reconocer públicamente lo ocurrido. En los pasillos de la Legislatura, varios convencionales destacaron que el dirigente radical dio una señal de respeto institucional al admitir su error, un gesto que no es frecuente en el clima político actual.
“Todos podemos tener diferencias, pero lo importante es sostener la convivencia democrática en un debate tan trascendente como la reforma constitucional”, señaló un convencional de la oposición, en referencia al episodio.
El trasfondo del conflicto
El cruce con Mayoraz se había producido en la última sesión, cuando el dirigente libertario lo acusó de limitar sus intervenciones. Michlig le replicó con dureza y, al levantarse la reunión, lanzó la frase que desató la polémica.
Mayoraz, por su parte, sostuvo que el presidente de la Convención debe mantener “imparcialidad y respeto” en la conducción de los debates. No obstante, tras las disculpas públicas, evitó profundizar la confrontación y remarcó que su bloque seguirá defendiendo dictámenes de minoría en cada tema tratado.
La voz de Mayoraz
«Uno entiende que en una convención puedan criticar lo que dice. Lo hace cada uno en su discurso y es parte de la discusión política», manifestó Mayoraz. No obstante, consideró que el presidente del cuerpo debe «mantener un lugar imparcial y neutral» para dirigir la discusión.
El diputado nacional se mostró «seguro» de que Michlig le faltó el respeto en la sesión plenaria y aclaró que ya se había retirado cuando se produjo el exabrupto. «Me levanté de la banca cuando vi ese destrato y ese modo de dirigirse hacia mí y hacia la banca. Yo presido un bloque de 10 convencionales, hemos presentado dictámenes de minoría de todos los puntos. Por lo tanto, siempre tenemos que poder hablar y fundamentar nuestra posición», argumentó.
Una señal en medio del debate constitucional
El episodio dejó al descubierto la tensión política que atraviesa la Convención, pero también abrió la puerta a un gesto de recomposición institucional. En momentos en que se discuten cambios trascendentales para el sistema judicial y los organismos de control, la decisión de Michlig de reconocer públicamente su error fue interpretada como una reafirmación del compromiso con el debate democrático.
El proceso constituyente santafesino, que ya superó la mitad del tiempo previsto para su trabajo, deberá ahora enfocarse en la redacción de los dictámenes definitivos. Y lo hará bajo la mirada de una sociedad que reclama madurez, respeto y consensos, valores que el propio Michlig buscó reivindicar con su pedido de disculpas.