Con paros, clases públicas y protestas en toda la provincia, Amsafé y Ctera denuncian un “ajuste salarial sin precedentes”. Reclaman la restitución del FONID, paritaria nacional y medidas urgentes ante la pérdida de más del 30% del poder adquisitivo. El conflicto docente se suma al creciente malestar de estatales, médicos y policías santafesinos.
La conflictividad social en Santa Fe vuelve a tener a la docencia como protagonista. En el marco de una nueva jornada nacional de protesta convocada por CTERA, la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé) volvió a denunciar la pérdida del poder adquisitivo, el desfinanciamiento educativo y la falta de respuesta del gobierno provincial, en un contexto en el que las políticas económicas de Javier Milei y Maximiliano Pullaro convergen, según los gremios, en un mismo destino: ajuste a los trabajadores.
El secretario general de Amsafé, Rodrigo Alonso, fue categórico:
“A los docentes nos están debiendo más de dos millones de pesos por cargo. Eliminan el FONID, congelan las partidas y encima hablan de equilibrio fiscal. Decime si no hay un claro ajuste salarial”.
Las protestas, que comenzaron con clases públicas y radio abierta en Plaza San Martín de Rosario, culminarán el próximo 14 de octubre con un paro nacional docente, en reclamo de la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID), la convocatoria a paritaria nacional y una nueva Ley de Financiamiento Educativo que garantice un piso del 6% del PBI destinado a la educación.
Un conflicto que se profundiza
La tensión entre los gremios docentes y el Gobierno provincial no es nueva. Desde diciembre de 2023, los sindicatos denuncian una caída superior al 30% en los salarios reales, mientras el Ejecutivo de Pullaro defiende su política de “equilibrio fiscal” como parte de un modelo de orden financiero inspirado en la línea económica del Gobierno nacional.
En palabras de Alonso, el recorte tiene dos responsables claros:
“No alcanza con señalar a Milei. En Santa Fe también hay ajuste. La Provincia aumentó tarifas y servicios entre un 400% y 700%, mientras los salarios docentes apenas superaron el 200%. Los trabajadores del Estado estamos pagando la factura de un modelo que no redistribuye, sino que concentra”.
El malestar se replica entre trabajadores de la salud, policías y empleados públicos, que denuncian un mismo diagnóstico: austeridad sin contención social ni recomposición salarial.
Para Amsafé, la supuesta “racionalidad fiscal” de la Casa Gris se traduce en aulas sin calefacción, docentes con sueldos por debajo de la línea de pobreza y una creciente precarización laboral en el sistema educativo.
El impacto nacional: menos inversión y más desigualdad
A nivel nacional, el panorama es aún más complejo. Desde la asunción de Milei, el Gobierno dejó de transferir el FONID, lo que implica una pérdida promedio de $124.000 por mes por docente, según cálculos gremiales. Además, el presupuesto educativo 2026 proyecta una caída real de casi 70% en infraestructura escolar, una reducción del millón de becas estudiantiles y una eliminación práctica del Fondo Nacional de Educación Técnica.
“Estamos ante un ajuste educativo de una magnitud inédita”, remarcan desde CTERA, que además denuncia que el presupuesto nacional prevé solo el 1% del PBI destinado a educación, cuando la ley vigente exige un mínimo del 6%.
En Santa Fe, donde la educación pública es una de las más grandes del país con más de 70 mil docentes, la falta de fondos nacionales impacta directamente sobre las provincias. Pero el gremio subraya que la responsabilidad también es local: el Ejecutivo santafesino no ha reabierto la paritaria docente ni compensado la pérdida salarial.
De la plaza a las aulas: una protesta federal
La medida de fuerza del 14 de octubre será el primer paro nacional docente del segundo semestre y se espera una adhesión masiva en Santa Fe.
En Rosario, las actividades previas incluyen debates abiertos, paneles y clases públicas en Plaza San Martín, con la consigna “Sin educación no hay futuro”.
Amsafé convocó a los maestros a mantener la presencia en la calle y el debate en las escuelas, subrayando que “el reclamo no es solo por salarios, sino por el derecho a la educación pública”.
“Perdimos 30 puntos de poder adquisitivo y cada mes seguimos perdiendo. Nos dieron un 1% en septiembre cuando la inflación fue del 2%. No hay política educativa sin inversión, y no hay inversión si los docentes seguimos empobreciéndonos”, sostuvo Alonso.
El dirigente gremial también advirtió sobre la desigualdad federal que se profundiza con el modelo actual: “Eliminar el FONID no es recortar un adicional, es quebrar el principio de igualdad salarial entre provincias. Hoy un maestro en Buenos Aires gana hasta un 40% más que uno en Santa Fe, y esa brecha crece cada mes”.
Pullaro, entre el equilibrio fiscal y el desgaste político
Mientras tanto, en la Casa Gris el ministro de Economía, Pablo Olivares, insiste en que la prioridad del Gobierno provincial es mantener el equilibrio fiscal y “ordenar las cuentas públicas”. Sin embargo, ese discurso comienza a erosionarse frente al costo social del ajuste.
En paralelo, el conflicto docente expone la deteriorada relación política entre el gobernador Pullaro y los gremios estatales, marcada por la falta de diálogo y los recortes progresivos al sistema de paritarias.
Para los sindicatos, el Gobierno provincial replica el modelo nacional de Milei, combinando baja del gasto, incremento de tarifas y congelamiento salarial, sin políticas de contención. “El ajuste es el mismo, solo cambia el color de la lapicera”, ironizan desde el sector gremial.
Un frente laboral en expansión
La protesta docente no es un hecho aislado. En las últimas semanas, los médicos nucleados en AMRA, los trabajadores de IAPOS, los agentes policiales y distintos sectores de la administración pública realizaron medidas de fuerza o reclamos por recomposición salarial.
El escenario configura una ola de conflictividad laboral que amenaza con extenderse hacia fin de año, en un contexto de inflación persistente, caída del consumo y pérdida generalizada de ingresos.
Los gremios coinciden en que las políticas de Milei y Pullaro confluyen en un mismo efecto regresivo sobre los salarios y la estructura estatal. En ese sentido, desde Amsafé advirtieron que, de no haber respuestas, las medidas se profundizarán.
“No descartamos nuevas jornadas de paro provincial y movilizaciones conjuntas con otros gremios del Estado. No estamos dispuestos a resignar derechos ni a aceptar un ajuste que destruye la escuela pública”, afirmaron desde la conducción provincial.
Educación y dignidad en disputa
Mientras el gobierno nacional habla de “eficiencia del gasto” y el provincial de “orden fiscal”, los docentes insisten en que la educación no puede medirse en términos contables.
La lucha de Amsafé y CTERA pone en el centro del debate un mensaje que trasciende lo gremial: sin salarios dignos, no hay calidad educativa.
La próxima semana, Santa Fe volverá a ser escenario de marchas y clases públicas. En cada aula vacía, en cada cartel y en cada plaza, resonará una consigna que hoy sintetiza el malestar de toda una provincia:
“Las políticas de Milei y Pullaro son iguales. Ajustan a los trabajadores, y la docencia no se calla.”