A una semana de las elecciones nacionales, el peronismo santafesino atraviesa uno de sus momentos de mayor expectativa política de los últimos años. En los barrios, en las fábricas, en los clubes y en los comités partidarios, se percibe una sensación de recuperación que trasciende los límites del calendario electoral. No se trata solo de una campaña que cierra en alza, sino de un clima político que devuelve al justicialismo la posibilidad de disputar poder real en una provincia donde parecía condenado a la resistencia.
Las encuestas y los recorridos territoriales coinciden en un mismo diagnóstico: Fuerza Patria, la lista que nuclea a los distintos sectores del peronismo provincial, se encamina a una elección con chances de obtener un resultado holgado. Pero más allá de los números, lo que entusiasma a la dirigencia es algo más profundo: la convicción de que el peronismo puede volver a ser una alternativa de gobierno en 2027, con una estructura renovada, un discurso más conectado con la realidad social y liderazgos emergentes con fuerte anclaje territorial.
El contexto juega a favor. Mientras Provincias Unidas, la coalición que gobierna Santa Fe, transita el desgaste de su primer año de gestión marcado por el ajuste fiscal, la pérdida de poder adquisitivo y un creciente malestar social, y La Libertad Avanza llega al tramo final de campaña con fracturas internas y un gobierno nacional bajo fuego cruzado, el peronismo se muestra unido, activo y con un mensaje que interpela a los sectores más castigados por la crisis.
Territorio y reconstrucción del vínculo social
En ese marco, Rosario aparece como el principal eje de expansión peronista. Los números que manejan los equipos de campaña anticipan un crecimiento sostenido en la ciudad más poblada de la provincia, donde las recorridas, plenarios y encuentros sectoriales muestran un clima de entusiasmo que no se veía desde hace tiempo. La estrategia es clara: consolidar el voto urbano y sumar volumen en la capital provincial, donde las encuestas marcan una recuperación constante.
“Hay que volver a tender puentes con el campo, garantizar el arraigo y reconstruir la confianza con todos los sectores productivos”, sostuvo Caren Tepp, candidata y una de las principales referentes territoriales de Fuerza Patria, en declaraciones radiales. Tepp insistió en que el peronismo debe “salir de la comodidad de la oposición” y convertirse en un actor activo en la reconstrucción del entramado social y económico de la provincia.
El sprint final y la ilusión compartida
En el tramo final de campaña, la estrategia del espacio se concentró en la cercanía con la gente. Caminatas, mateadas, encuentros en clubes y ferias fueron la marca de un movimiento político que recuperó el contacto directo con su base.
En el comando de campaña peronista se decidió reforzar la presencia en Rosario y la capital provincial, dos territorios clave para consolidar una elección que, de ser favorable, puede reposicionar al justicialismo como una fuerza competitiva a futuro.
“El peronismo tiene la oportunidad de volver a representar a la mayoría, de recuperar la voz de los trabajadores, de los jóvenes, de las mujeres, de los pequeños productores. Esa esperanza se nota en las calles”, resumen cerca del equipo de campaña.
Una mirada al 2027
Más allá de los resultados del próximo domingo, en los despachos y unidades básicas ya se empieza a pensar en la proyección hacia 2027. La posibilidad de quedar bien posicionado frente al desgaste del oficialismo provincial abre un horizonte que el peronismo no tenía desde hace varios años. Si la tendencia se confirma, la fuerza podría emerger con nuevos liderazgos y un capital político que lo devuelva al centro de la escena santafesina.
“Estamos volviendo a construir una mayoría social y política. No desde la nostalgia, sino desde la esperanza y el trabajo cotidiano”, repiten los dirigentes más jóvenes del espacio. Esa frase resume un clima de época: el peronismo santafesino vuelve a creer que puede ganar.