Tras la dura derrota electoral del PRO en la Ciudad de Buenos Aires, el temblor se sintió con fuerza en Santa Fe, donde el partido fundado por Mauricio Macri atraviesa una interna expuesta, un éxodo hacia La Libertad Avanza y una creciente disputa por el liderazgo y el rumbo político en el marco de la coalición oficialista Unidos para Cambiar Santa Fe.
El lunes, el gobernador Maximiliano Pullaro sorprendió a todos al visitar personalmente a la vicegobernadora y presidenta del PRO santafesino, Gisela Scaglia, en su despacho del Senado provincial. El gesto no fue casual: apenas unas horas antes se había confirmado el resultado de las elecciones en CABA, donde el PRO no logró ingresar ni una banca a la Legislatura, quedando incluso detrás del espacio libertario.
La foto con Pullaro fue leída como un respaldo político a Scaglia, en un momento donde el partido amarillo empieza a deshilacharse. La propia vicegobernadora reconoció que “el PRO debe hacer una autocrítica” tras lo ocurrido en su histórico bastión porteño. Pero al mismo tiempo, reafirmó su apuesta a la coalición gobernante en Santa Fe, dejando en claro su pertenencia al oficialismo provincial.
Fractura en tres
Pero no todos en el PRO piensan igual. En paralelo al respaldo de Pullaro a Scaglia, en el partido se multiplican las señales de ruptura. Dirigentes como Gabriel Chumpitaz y Verónica Razzini ya formalizaron su alejamiento con la creación del nuevo bloque “Futuro y Libertad”, desde donde expresan su alineamiento con Patricia Bullrich y Javier Milei.
“La situación del PRO es catastrófica”, lanzó Chumpitaz en declaraciones recientes. “No tiene un proyecto de poder definido, ni una nitidez ideológica que le permita recuperar a los seguidores que emigraron a La Libertad Avanza”. El legislador, que hasta hace poco se mostraba como vocero de Pullaro en el Congreso, hoy se muestra decidido a jugar en la vereda libertaria.
Un tercer sector, más desdibujado pero con protagonismo, gira en torno a Federico Angelini, histórico referente del PRO santafesino y actual funcionario del Ministerio de Seguridad de la Nación, bajo la órbita de Patricia Bullrich. Su papel en la interna es más difuso, pero en la práctica su vínculo con Milei y su desinterés por la vida orgánica del partido lo colocan, de facto, fuera de la estructura partidaria tradicional.
El dilema electoral y la reforma constitucional
En el oficialismo provincial no pasan por alto estas tensiones. El gobernador Pullaro –líder de la UCR santafesina y conductor de Unidos– mantiene una relación política cercana con Scaglia, pero observa con cautela cómo se reconfigura el tablero dentro del PRO, sobre todo de cara a las listas de diputados nacionales que deberán definirse en pocos meses y al arranque de la Convención Reformadora el 14 de julio.
Con cuatro convencionales electos, el PRO jugará en minoría en la reforma constitucional. El temor en algunos sectores del partido es que sus voces pierdan peso ante la hegemonía del radicalismo y el protagonismo del socialismo. Desde La Libertad Avanza ya avisaron que buscarán imponer temas disruptivos como la eliminación del Senado y el paso a un sistema unicameral, mientras que el PRO aparece sin una estrategia clara para ese debate.
En este escenario, Scaglia insiste en que el PRO debe sostener su pertenencia a Unidos para Cambiar Santa Fe y avanzar en su institucionalización. Pero el resultado electoral en CABA, la fuga de dirigentes y la tensión con sectores libertarios marcan un panorama incierto. Como sintetizó un dirigente del partido, en voz baja: “El PRO no existe más; somos un mosaico como el radicalismo”.
