« »
HOY:  martes 16 de diciembre del 2025

¡Accedé a contenido exclusivo!

El problema no es la oposición, es la sucesión: el año incómodo que se viene en Rosario

La falta de figuras fuertes en su entorno y la aparición de rivales con peso propio reactivan un debate que ya no es tabú en el oficialismo. En un año sin elecciones, el intendente empieza a testear una pregunta clave: ¿hay vida política en su espacio sin su nombre en la boleta?

Pablo Javkin termina 2025 con un balance político que mezcla alivio de gestión, dudas estratégicas y una conclusión que en su entorno ya no se disimula: sin su nombre en la boleta, el oficialismo rosarino hoy no tiene un heredero natural competitivo. No es una frase de campaña, es el diagnóstico que se repite puertas adentro de Unidos mientras la ciudad entra en un 2026 sin elecciones, pero decisivo para ordenar el tablero hacia 2027.

En el Palacio de los Leones interpretan que el año que viene será, en los hechos, un plebiscito anticipado: no por votos, sino por capacidad de sostener agenda, gestión y cohesión interna. Javkin llega a ese tramo con una coyuntura distinta a la de su primer mandato: la Rosario que atravesó el pico de violencia extrema le dio lugar a una administración que puede planificar con otro aire, apoyada en una sinergia operativa con Provincia y, en menor medida, con Nación. Esa “normalización” relativa le abre una ventana política: si consolida el rumbo, puede intentar retener la intendencia para el oficialismo… o incluso retenerla para sí mismo.

La pregunta que incomoda: ¿hay sucesor o hay continuidad?

En la conversación política rosarina, la sucesión 2027 dejó de ser un tema de “más adelante”. El oficialismo probó este año que puede remontar campañas y ordenar su tropa, pero también pagó el costo de no tener una figura nítida para liderar el proyecto más allá del propio intendente. En ese marco, Javkin habilita que “salgan a correr” posibles sucesores —con perfiles conocidos en el Concejo y el Ejecutivo—, aunque sin cerrar la puerta a competir por un tercer período, una opción que gana volumen en la medida en que el resto no logra despegar.

Ahí aparece la certeza que le dieron a politicadesantafe.com desde adentro: “si esto fuera hoy, el candidato sería Pablo”. Y el dato no es menor: en el radar hacia 2027 asoman rivales “tanques” que, según la previa, concentran atención pública y potencial electoral, como Juan Pedro Aleart (LLA) y Juan Monteverde (Ciudad Futura). La idea de “Javkin candidato” empieza a leerse como el plan más seguro para evitar que Unidos llegue dividido o con un nombre débil al choque final.

Blindar 2026

En paralelo, Javkin busca blindar el 2026 desde la gestión con dos ejes que repite en público: más obra y más cercanía. La administración municipal promete un paquete de intervenciones urbanas y sanitarias, y el intendente viene marcando una señal política hacia adentro: renovar cuadros, acelerar respuestas y poner más funcionarios jóvenes al frente de áreas sensibles, con una lógica de “intensidad” territorial y de administración.

La apuesta tiene lectura electoral, aunque no se diga: en Rosario los sellos pesan menos que la evaluación cotidiana, y la gestión se convierte en campaña permanente. Por eso el 2026 será un año para mostrar resultados concretos, ordenar el relato del “Recuperar Rosario” y, sobre todo, construir un escenario donde Unidos no llegue al 2027 discutiendo nombres a las apuradas.

El factor Provincia y el “acuerdo” inevitable

Otra pieza central es la relación con Maximiliano Pullaro. El vínculo entre Casa Gris y Palacio de los Leones hoy funciona como soporte político y operativo. Pero si Javkin decide avanzar con un tercer mandato, esa definición exige un entendimiento explícito: por distribución de poder, armado electoral y estrategia frente a una oposición que llega con figuras competitivas y con climas nacionales cambiantes.

2026 no vota, pero define

Javkin cierra 2025 con un dato a favor: logró enderezar parte de la percepción de gestión y recuperar margen para planificar. Pero también con una advertencia: su espacio todavía no construyó un liderazgo alternativo que garantice continuidad. Y en política, cuando la sucesión no aparece sola, la continuidad se transforma en tentación.

En ese marco, el año que empieza será el laboratorio definitivo: si el intendente consigue convertir gestión en rumbo y rumbo en expectativa, el tercer mandato dejará de ser un rumor para convertirse en opción real. Si no, Unidos se arriesga a llegar al 2027 con la pregunta más peligrosa para cualquier oficialismo: “¿quién sigue?”.

Compartí esta nota:

Facebook
X
Threads
LinkedIn
WhatsApp
Email

Temas de la nota:

Banner Universo Largo
Banner Universo Mobile
Banner Concejo Santa Fe 1
Banner Ideatorio Agencia Chico

Otras noticias

Más noticias