La directora ejecutiva de Mumalá, Gabriela Sosa, y el politólogo Luciano Vigoni, ambos candidatos a Diputado Nacional por el Frente Amplio por la Soberanía en la lista que encabeza Carlos del Frade, participaron del programa de streaming Democráticamente en AGOFA TV, donde analizaron la crisis social, económica y de género que atraviesa la provincia de Santa Fe. Ambos coincidieron en un diagnóstico común: el Estado se ha desentendido del acompañamiento real a las personas y las políticas públicas quedaron reducidas a la mera asistencia.
Una emergencia invisibilizada
Con una claridad que caracteriza su militancia, Gabriela Sosa volvió a poner en el centro del debate una de las problemáticas más urgentes y menos atendidas de la actualidad: la violencia de género. Desde su rol en la Mesa Federal de Mumalá, alertó que “ya son 32 las muertes violentas de mujeres en Santa Fe en lo que va del año”, lo que —sostuvo— configura una situación crónica que exige una declaración de emergencia inmediata.
La dirigente feminista denunció la falta de registros oficiales de femicidios y señaló que son las organizaciones sociales las que terminan relevando datos que el Estado debería producir. “No puede haber políticas públicas sin información precisa y territorializada”, afirmó.
Además, cuestionó la eliminación de los programas nacionales de asistencia y la ausencia de respuestas concretas del gobierno provincial: “Las mujeres están desamparadas. Cuando escuchan discursos de odio que niegan la violencia que viven, pierden toda confianza en denunciar”, advirtió Sosa.
En ese marco, reclamó que el Estado recupere su responsabilidad en la aplicación de las leyes de igualdad y protección, vigentes desde 2010. “La Constitución obliga a actuar, no a mirar para otro lado”, dijo, al tiempo que anunció que desde Mumalá impulsarán un proyecto nacional de emergencia en violencia de género.
La desigualdad económica y el rostro invisible del ajuste
Desde su trabajo en el Instituto de Investigación Social, Económica y Política Ciudadana (ISEPCI), Sosa presentó también datos que describen el impacto concreto del ajuste sobre las mujeres: el 75% de las jefas de hogar se encuentra peor que el año pasado y el 68% tuvo que endeudarse para cubrir gastos básicos.
“Las mujeres multiplican horas de trabajo para sostener ingresos o directamente caen por debajo de la línea de pobreza”, señaló. Según el relevamiento, el 83% de las encuestadas manifestó sentirse “angustiadas, cansadas y desesperanzadas”, una muestra del deterioro emocional que acompaña la crisis económica.
Sosa insistió en que el empobrecimiento femenino es una consecuencia directa de las políticas nacionales y provinciales que desfinanciaron áreas sensibles: “Somos el único país que en la ONU votó en contra de tener políticas de abordaje de la violencia de género. Es un retroceso histórico”, concluyó.
Lucho Vigoni: “El Estado sigue transfiriendo recursos, cuando debería acompañar la vida”
En la misma edición del programa, el politólogo y candidato a diputado nacional por el Frente Amplio por la Soberanía, Luciano “Lucho” Vigoni, aportó una mirada complementaria: la necesidad de repensar las políticas públicas desde el territorio y reconstruir redes comunitarias que el neoliberalismo y la fragmentación social destruyeron.
Ex director del programa Nueva Oportunidad, Vigoni planteó una autocrítica profunda a la dirigencia política —incluso a los sectores progresistas— por haber reducido las políticas sociales a la transferencia de recursos o a programas paliativos:
“Seguimos repartiendo alimentos y tarjetas, pero no acompañamos la vida. No hay proyecto colectivo si cada persona siente que lo que le pasa, le pasa sola”, sostuvo.
Vigoni propuso un gran plan territorial de cuidado que articule clubes, vecinales y organizaciones sociales en cada barrio. “El Estado debería financiar la infraestructura y el trabajo docente en esos espacios, para que los pibes y pibas tengan un lugar donde pertenecer, aprender y construir comunidad. No se trata de caridad, se trata de convivencia social y de futuro”, explicó.
Entre la angustia social y la necesidad de un nuevo contrato político
Tanto Sosa como Vigoni convergieron en un diagnóstico que atraviesa lo económico, lo social y lo cultural: la pérdida de sentido colectivo.
La primera lo observa desde la vulnerabilidad de las mujeres frente al abandono estatal; el segundo, desde la soledad y el desencanto que se vive en los barrios populares. Ambos coinciden en que la política debe volver a acompañar la vida cotidiana, y no limitarse a administrar la crisis.
En palabras de Vigoni: “El problema no es solo la pobreza, es la angustia. Y la angustia no se resuelve con una tarjeta: se resuelve con comunidad, con vínculos, con presencia del Estado donde la vida sucede”.
La entrevista en Democráticamente volvió a confirmar el rol del programa como un espacio de debate político plural, donde las distintas voces que hoy buscan representación en Santa Fe no solo analizan la coyuntura electoral, sino que plantean horizontes posibles frente a una sociedad fragmentada y en crisis.



