Pullaro, Llaryora, Sadir, Vidal y Torres se reunieron en Buenos Aires y encendieron motores de un nuevo armado electoral. La UCR santafesina toma impulso mientras se abren interrogantes sobre el PRO, el socialismo y los aliados locales.
Un encuentro que sirvió como excusa para una potente señal política. A un año y medio de haber respaldado, en distintos grados, la gobernabilidad de Javier Milei, cinco gobernadores se reunieron en la Casa de Chubut en la Ciudad de Buenos Aires para dar un portazo simbólico al esquema libertario y comenzar a construir un nuevo frente federal con aspiraciones nacionales.
Los protagonistas del encuentro fueron Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy), Claudio Vidal (Santa Cruz) e Ignacio Torres (Chubut), este último como anfitrión. El encuentro fue reservado, practicamente sin fotos periodisticas ni comunicados oficiales, pero cargado de contenido político: consolidar una agenda común de gobernadores que buscan disputar recursos, defender leyes propias en el Congreso y diferenciarse de La Libertad Avanza.
De “dialoguistas” a contendientes
Los cinco mandatarios comparten trayectorias distintas, pero un diagnóstico común: haber sostenido institucionalmente al presidente no les reportó beneficios para sus provincias. El dilema de la UCR, fracturada entre guiños libertarios y alianzas autónomas, sobrevuela el armado. En ese marco, Pullaro se perfila como el gran ordenador del radicalismo anti-Milei, mientras otros como Gustavo Valdés (Corrientes) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos) se mueven con mayor ambigüedad o directamente se ausentan del bloque en formación.
En paralelo, Juan Schiaretti se sumó al final del encuentro buscando apoyo para su candidatura legislativa en Córdoba, aunque la respuesta fue cautelosa: “Lo acompañamos hasta la puerta del cementerio, pero no entramos”, ironizó un referente cercano a uno de los mandatarios.
Temas calientes: ATN, combustibles y jubilados
Uno de los principales motivos del encuentro fue definir una estrategia parlamentaria coordinada de cara a la Cámara de Diputados. La agenda incluye dos leyes claves, ya aprobadas por el Senado el 11 de julio, que redistribuyen los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) y coparticipan el impuesto a los combustibles líquidos. Ambas fueron impulsadas por los gobernadores, pero enfrentan la amenaza de veto total por parte del presidente Milei, según confirmó el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Los gobernadores argumentan que el costo fiscal de estas leyes es marginal (0,05% del PBI) y no compromete el equilibrio presupuestario nacional, mientras que para sus provincias implican un alivio clave en tiempos de ajuste.
A eso se suma el rechazo al veto presidencial a la ley de aumento a jubilados, también aprobada por el Congreso, que podría generar nuevos realineamientos políticos. En este punto, incluso el PRO muestra fisuras, especialmente en distritos como Buenos Aires, donde ha sellado alianzas con LLA de cara a las elecciones del 7 de septiembre.
Santa Fe: los nombres en danza y la hegemonía radical
Tras el cónclave, comenzaron las conjeturas sobre quién podría encabezar la lista legislativa santafesina en representación de este nuevo bloque. El nombre que más fuerte suena es el de Felipe Michlig, presidente del Comité Provincial de la UCR, quien acompañó a Pullaro en la reunión. Otro que se posiciona bien es el ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, con alta valoración pública.
En paralelo, se menciona que Juan Schiaretti tendría reservado un lugar en la boleta, como parte del pacto cordobés, aunque no se definió aún quién sería su representante. El resto de los partidos del oficialismo santafesino —el socialismo, el PRO y fuerzas aliadas— aún no tienen garantizada participación, lo que anticipa tensiones internas.
¿y los socios?. En este marco, surgen nuevas tensiones con los otros socios de la coalición gobernante en Santa Fe. ¿Qué lugar tendrán el Socialismo, el PRO y el resto de los partidos que integran Unidos para Cambiar Santa Fe? Hasta ahora, no hubo definiciones concretas, pero en muchos sectores comienza a crecer la preocupación por un posible «reparto cerrado» entre la UCR y aliados nacionales.
Entre la rosca provincial y la estrategia nacional
Pullaro mantiene por ahora una postura hermética. No confirmó nombres ni listas, pero todo indica que el armado se construye al ritmo de su liderazgo provincial. Su alianza con gobernadores que transitan una vía alternativa al mileísmo duro, pero sin enfrentarlo frontalmente, da cuenta de una lógica: competir con agenda propia y construir poder desde las provincias.
Sin embargo, el desafío no es menor. La coordinación entre partidos y territorios, la demanda de lugares en las listas, y el equilibrio con las tensiones internas de Unidos, exigirán al gobernador jugar fino en las próximas semanas. El plazo para presentar listas vence en menos de 20 días, y los relojes ya corren.