El movimiento obrero santafesino vuelve a encender sus motores. Más de 90 gremios de distintos sectores participaron hace unos días de un encuentro clave en Rosario que dio un paso decisivo hacia la normalización de la CGT Regional, fijando como fecha el 20 de noviembre para la presentación formal de la nueva conducción.
El proceso, largamente postergado, recupera fuerza en un contexto político y económico donde la reforma laboral que impulsa el gobierno nacional amenaza con alterar profundamente las condiciones de trabajo y los derechos adquiridos por los trabajadores argentinos.
La reunión, celebrada en la sede del Sindicato de Camioneros, no solo simboliza la reconstrucción de la unidad sindical en la región, sino que también marca el inicio de una etapa en la que los gremios santafesinos buscarán recuperar protagonismo político ante un gobierno que, según advierten, “avanza con todo contra el mundo del trabajo”.
Un movimiento que vuelve a reagruparse
El encuentro congregó a representantes de sindicatos de peso como la UOM, Sindicato de la Carne, SOESGPyLA (Estaciones de Servicio), Peones de Taxis, Viajantes y Sutracovi (Peaje), entre otros. Todos coincidieron en un mismo diagnóstico: sin unidad sindical, no habrá capacidad real de respuesta ante las políticas de flexibilización laboral que propone el presidente Javier Milei.
“Hay una voluntad seria de normalizar la CGT Rosario y hacerlo entre todos. La situación del país no permite egoísmos ni mezquindades”, señaló Antonio Donello, secretario general de la UOM, uno de los impulsores del proceso. El dirigente confirmó que el objetivo es lograr la formalización de la nueva conducción el próximo 20 de noviembre, un símbolo potente para el movimiento obrero argentino, coincidente con el Día de la Soberanía Nacional.
“Si la reforma viene por quitar derechos, estaremos preparados para enfrentarla. No nos oponemos a discutir nuevas leyes laborales, pero sí a retroceder. Los cambios deben servir para mejorar el empleo, no para precarizarlo”, advirtió Donello.
Una CGT con autonomía y voz propia
El proceso de normalización de la CGT Rosario busca algo más que una simple reorganización institucional. Las organizaciones que impulsan el acuerdo proponen una central obrera fuerte, plural y con plena autonomía regional, capaz de representar a los trabajadores de todo el sur santafesino y de incidir en las decisiones políticas y económicas que afectan su vida cotidiana.
El documento consensuado entre los gremios plantea cinco objetivos centrales:
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Fortalecer la defensa de los derechos laborales frente a la reforma.
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Garantizar la negociación colectiva como instrumento básico de justicia social.
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Consolidar la representación sindical en todos los niveles del Estado.
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Ampliar la capacidad de incidencia política en la definición de políticas públicas.
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Acompañar el desarrollo productivo de la región con empleo digno y estable.
“La unidad no se impone, se construye desde el territorio”, coincidieron los gremialistas, en una frase que sintetiza la impronta que buscan darle a esta nueva etapa.
Rosario, epicentro de la resistencia obrera y de una nueva proyección política
El resurgimiento de la CGT Rosario tiene también un subtexto político inevitable. En un escenario donde el peronismo santafesino intenta reconstruirse, muchos observan en la iniciativa gremial una plataforma de reorganización progresista, que podría ofrecer una base social y territorial sólida para futuros proyectos electorales alternativos al oficialismo provincial y nacional.
En ese sentido, el movimiento sindical rosarino, con larga tradición de lucha y autonomía, podría convertirse nuevamente en un actor articulador entre la defensa de los trabajadores y la renovación política de un sector que busca disputar protagonismo frente a quienes, desde los gobiernos, promueven políticas “a espaldas de los laburantes”.
La reforma laboral propuesta por Milei —que plantea flexibilización de convenios, reducción de indemnizaciones y cambios en la contratación— aparece como un catalizador de este proceso de unidad. En Rosario, los gremios ya anticipan movilizaciones y estrategias conjuntas para rechazar cualquier intento de avanzar sin consenso con las organizaciones sindicales.
Una respuesta desde Santa Fe al nuevo orden nacional
La expectativa por la normalización de la CGT Rosario trasciende las fronteras locales. En momentos en que el gobierno nacional busca apoyo legislativo para aprobar su paquete de reformas estructurales, la articulación sindical santafesina se perfila como una de las expresiones más organizadas del sindicalismo del interior del país.
A diferencia de la conducción nacional de la CGT, que transita una etapa de fragmentación y tensiones internas, Rosario aparece como un laboratorio de unidad y resistencia, donde conviven gremios industriales, de servicios y del sector público bajo una consigna común: defender los derechos laborales y reconstruir la voz de los trabajadores.
El 20 de noviembre no será una fecha más. Si la unidad se concreta, Santa Fe podría volver a tener una CGT regional con peso real, capaz de marcar agenda política y de ser un contrapeso institucional frente a los ajustes nacionales.



