« »
HOY:  viernes 07 de noviembre del 2025

¡Accedé a contenido exclusivo!

La Casa Rosada corrigió el rumbo tras las elecciones: menos motosierra, más gestión y diálogo

El Ejecutivo nacional reactivó obras estratégicas y anunció licitaciones por más de $45 mil millones en la provincia, entre otras cosas. El gesto busca recomponer la relación con Gobernadores y atender reclamos postergados, en una nueva etapa donde la infraestructura vuelve a ser prioridad.

El resultado electoral del 26 de octubre marcó un antes y un después en la estrategia política y económica del presidente Javier Milei. El líder libertario, fortalecido por el respaldo en las urnas, parece haber entendido que la segunda etapa de su gestión necesita menos motosierra y más articulación territorial. En los últimos días, sus gestos fueron claros: reanudó obras públicas paralizadas, convocó al diálogo a los gobernadores no peronistas y envió señales de moderación hacia la oposición parlamentaria.

El descongelamiento de obras estratégicas en rutas nacionales, como la Ruta 11 entre Rosario y Santa Fe y la Ruta 33, se convirtió en el símbolo más visible de este nuevo giro. Durante meses, las obras públicas habían sido uno de los sectores más golpeados por el ajuste. Según datos oficiales, de las 6.700 obras iniciadas durante la gestión de Alberto Fernández, más de 1.400 no tuvieron ningún avance y solo 330 llegaron a finalizarse. Pero ahora, el Ejecutivo corrigió el presupuesto para autorizar 10 proyectos por más de 85 mil millones de pesos en tres años, marcando un cambio de enfoque.

Del ajuste absoluto a la gestión con control

La Casa Rosada busca instalar un nuevo paradigma: pasar del Estado constructor al Estado regulador. “El Estado deja de ser un operador deficitario para convertirse en garante de la competencia y la calidad”, explicó el ministro de Economía, Luis Caputo, al anunciar el nuevo esquema de Red Federal de Concesiones.

Esa red —que ya incluye las rutas nacionales 3, 5, 11, 33 y 178, además de autopistas como la Riccheri o la Ezeiza–Cañuelas— propone transferir la gestión de mantenimiento, seguridad y servicios a operadores privados, bajo control de la Dirección Nacional de Vialidad. La apuesta es clara: atraer capital privado sin resignar la supervisión del Estado, un modelo inspirado en las experiencias chilena y española.

Las obras que reactivan Santa Fe

Entre las 10 obras “descongeladas”, Santa Fe vuelve a ocupar un lugar central. Se reanudan los trabajos de conservación en la Ruta 11 (Rosario–Santa Fe), con una inversión superior a $17.500 millones, y las obras de mejoramiento en la Ruta 33, con más de $23.600 millones asignados. Además, se aprobó la reparación integral del tramo Las Rosas–Empalme Ruta 33, por otros $4.500 millones.

El gobierno provincial celebra la medida como una respuesta a reclamos históricos de conectividad. Sin embargo, en la Casa Gris reconocen que el giro de Milei también es político: necesita recomponer la relación con los mandatarios del centro y el norte del país, especialmente con Santa Fe y Córdoba, donde las economías regionales se vieron afectadas por el freno de la obra pública.

Del enfrentamiento a la negociación

Tras los comicios, Milei inició una ronda de contactos con los gobernadores aliados o “dialoguistas”. El flamante ministro del Interior, Diego Santilli, será el encargado de construir los puentes institucionales para la segunda etapa del gobierno libertario. “Hay una agenda de reformas que solo puede avanzar con las provincias adentro”, reconocen en Balcarce 50.

Ese viraje se notó también en la comunicación oficial: se bajó el tono confrontativo y se instaló la idea de “una nueva etapa de desarrollo y previsibilidad”. En paralelo, el Gobierno busca asegurar la sanción del Presupuesto 2026, en el que prevé un crecimiento moderado, inflación en baja y un equilibrio fiscal sostenido, pero con mayores márgenes para inversión productiva.

Un cambio que también es político

El giro de Milei responde, según analistas, a un doble diagnóstico: por un lado, el electorado premió la estabilidad macroeconómica lograda en el primer tramo de gestión; por otro, castigó la falta de empatía y los excesos discursivos. En ese sentido, los nuevos gestos buscan mostrar gobernabilidad y madurez política.

“La motosierra no puede aplicarse sobre todo. Hay que priorizar lo que impacta en la vida cotidiana de la gente”, deslizó un funcionario de la Jefatura de Gabinete. El mensaje llegó al corazón del poder: la paralización de rutas, hospitales y redes de agua se había convertido en un símbolo del ajuste más duro, y su reversión era indispensable para consolidar el apoyo político.

Las rutas como símbolo de la nueva etapa

La reactivación de obras en Santa Fe no solo representa una respuesta a los reclamos provinciales, sino también una estrategia para reconectar con el interior productivo. Los corredores viales que unen Rosario, Santa Fe y el norte del país son vitales para el movimiento de granos, energía y exportaciones, sectores que el Gobierno considera claves para la recuperación económica.

“Es un cambio de ciclo”, aseguran en la Secretaría de Obras Públicas. De la parálisis absoluta a una planificación controlada, Milei intenta transitar de la motosierra a la gestión con resultados visibles.

La señal política es evidente: el Presidente entendió que gobernar no es solo ajustar, sino también construir.

Compartí esta nota:

Facebook
X
Threads
LinkedIn
WhatsApp
Email

Temas de la nota:

Banner Universo Largo
Banner Universo Mobile
Banner Concejo Santa Fe 1
Banner Ideatorio Agencia Chico

Otras noticias

Más noticias