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Martín Lucero: “Cada docente perdió entre 7 y 8 millones de pesos bajo la gestión Pullaro”

El titular de Sadop Rosario denunció un derrumbe del poder adquisitivo docente y exigió una recomposición inmediata. Critica que el Gobierno aún no convocó a paritarias pese a haber prometido hacerlo tras conocerse la inflación de octubre.

La discusión salarial docente en Santa Fe vuelve a tensionar el clima político y gremial de la provincia. El dato que publicó el IPEC correspondiente a la inflación de octubre —un 2,7% mensual— encendió las alarmas en todos los sindicatos del sector, pero particularmente en el Sadop, que volvió a plantear con crudeza lo que considera un deterioro sin precedentes del ingreso docente desde la llegada de Maximiliano Pullaro a la Casa Gris.

El secretario general de Sadop Rosario, Martín Lucero, fue categórico: “Desde que asumió Pullaro, cada docente de la provincia perdió entre 7 y 8 millones de pesos”. Su frase, que ya circula con fuerza en el ámbito educativo, sintetiza el reclamo de fondo: la política salarial provincial no acompaña ni remotamente el proceso inflacionario, y la brecha entre salarios y precios se convirtió —según el gremio— en un agujero negro que consume el poder adquisitivo mes a mes.

El conflicto no solo es económico: es político. Pullaro había comprometido públicamente que la nueva instancia paritaria se abriría apenas se conociera la inflación de octubre. El índice se publicó, entró noviembre, pero la convocatoria no llegó. Para los gremios, esto no solo agrava la pérdida salarial: erosiona la credibilidad del gobierno y anticipa un cierre de año con fuerte malestar docente y tensión social acumulada.

Inflación, atraso salarial y una brecha que ya roza el 30%

Según el IPEC, la inflación acumulada provincial ronda el 23%, mientras que los salarios docentes no alcanzan siquiera el 18% de aumento nominal. Esa diferencia, ya problemática por sí sola, se expande cuando se la observa con perspectiva real.

Lucero lo explica con números duros:

  • atraso nominal superior al 5%,

  • inflación acumulada que deshace cualquier actualización parcial,

  • pérdida real que “se acerca al 30%”,

  • impacto total estimado en “entre 7 y 8 millones de pesos por docente desde el inicio de la gestión Pullaro”.

Esa cifra no es metafórica: según Sadop, es el monto concreto que cada trabajador debería tener hoy en el bolsillo si los salarios hubieran seguido de cerca la inflación real.

Compromisos postergados y paritaria congelada

El secretario general de Sadop recordó que el Gobierno provincial había prometido reabrir la negociación apenas se difundiera la inflación de octubre. Sin embargo, el mes ya avanzó y la convocatoria no se concretó.

Lucero alertó que, si la paritaria llega en las próximas semanas, el gobierno ya estará pisando diciembre y “el deterioro salarial será aún más profundo”.

El gremio sostiene que la espera ya no es sostenible:

“Quienes educan a las niñas, niños y jóvenes de la provincia cobran salarios bajos que mes a mes se erosionan de manera dramática. Exigimos empatía, sensibilidad y sentido común. Se agotaron los tiempos de los discursos: es momento de hechos concretos.”

La advertencia apunta no solo al Ministerio de Educación sino directamente al gobernador Pullaro, a quien Sadop le reclama coherencia entre su discurso de gestión eficiente y la realidad de un sector que —según el sindicato— ya no llega a cubrir la canasta básica en buena parte de sus categorías.

Un escenario político que complica la salida

El conflicto docente se presenta en un momento incómodo para la administración provincial. Con un cierre de año cargado de tensión política, definiciones legislativas pendientes y una conflictividad creciente en distintos frentes del Estado, el casillero docente podría convertirse en un problema mayor si la negociación no se abre a tiempo.

Pullaro apuesta a sostener disciplina fiscal y contener el gasto corriente. Los gremios, por el contrario, advierten que esa estrategia está siendo pagada por los salarios más bajos del sector público.

La disyuntiva es clara: si el Gobierno posterga la discusión, corre el riesgo de un diciembre con fuerte conflictividad; si habilita un salto salarial significativo, compromete las metas fiscales que busca preservar.

En ese equilibrio delicado se inserta la advertencia de Lucero, que ya funciona como un mensaje político directo hacia la Casa Gris.

Un cierre con sabor a ultimátum

Para Sadop y otros gremios docentes, la situación llegó a un límite.
Para el Gobierno, la negociación deberá equilibrar restricciones reales con demandas urgentes.

Lo cierto es que la frase de Lucero —“desde que Pullaro asumió, cada docente perdió entre 7 y 8 millones de pesos”— ya quedó instalada en la discusión pública y promete marcar el tono del debate paritario que viene.

Santa Fe entra en las semanas clave donde definirá no solo el salario docente, sino también la capacidad de la administración provincial para sostener gobernabilidad, diálogo y estabilidad en un fin de año siempre sensible para la educación y el conjunto del sector público.

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