En un día que quedará en la historia institucional de Santa Fe, la Convención Constituyente aprobó por mayoría los primeros artículos reformados de la Constitución provincial, luego de 63 años sin modificaciones. La sesión estuvo marcada por fuertes tensiones, intensos debates y un desenlace que confirmó lo que desde el inicio se comentaba en pasillos y tribunas: el principal beneficiado es el actual gobernador, Maximiliano Pullaro.
El eje de la discusión pasó por la Cláusula Transitoria que habilita a Pullaro a buscar su reelección consecutiva en 2027. El texto aprobado establece que, a diferencia de los legisladores —que tendrán como primer mandato el que inicie en 2027—, en el caso del gobernador se computa como primer período el actual. De esa manera, el radical podrá aspirar a un segundo mandato en las próximas elecciones.
La votación fue clara: 45 convencionales votaron a favor, 22 lo hicieron en contra y 2 se ausentaron. Con ese resultado, Pullaro se convirtió en el primer gobernador en más de seis décadas en asegurarse, a través de una reforma constitucional, la posibilidad de la reelección inmediata.
El rol del peronismo y el peso de los senadores
Uno de los puntos más llamativos de la jornada fue la actitud de una gran mayoría de los convencionales peronistas, que decidieron acompañar el beneficio para Pullaro. Especialmente los senadores justicialistas, que históricamente supieron blindar sus privilegios dentro de la Legislatura, se convirtieron en actores decisivos para la aprobación de la cláusula transitoria.
Esa decisión no estuvo exenta de críticas: diversos sectores internos y externos al PJ cuestionaron que, lejos de defender una posición opositora, los senadores garantizaron con sus votos la herramienta política que buscaba el gobernador.
Una reforma con nombre propio
Desde el inicio del proceso, diversos sectores políticos y sociales habían advertido que, más allá de la eliminación de las reelecciones indefinidas y de la mayoría automática en la distribución de bancas en Diputados, la prioridad real de la reforma era garantizarle al actual mandatario la chance de volver a competir en 2027.
Ese señalamiento se volvió argumento de peso en la oposición, que acusó al oficialismo —y a parte del peronismo aliado— de redactar “un traje a medida” para Pullaro.
El fin de los mandatos perpetuos
Al mismo tiempo, la jornada dejó como saldo avances que fueron celebrados en términos institucionales. A partir de la reforma, ninguna categoría de gobierno podrá ser ejercida de manera indefinida: intendentes, legisladores y autoridades locales estarán limitados a dos períodos consecutivos. También se modificó el sistema de distribución de bancas en la Cámara de Diputados, terminando con el mecanismo de mayoría automática que beneficiaba al oficialismo de turno.
La paradoja del cambio
El clima en el recinto fue de contradicciones. Mientras por un lado se celebraba el fin de la perpetuidad en los cargos, por el otro se aprobaba una cláusula que habilita la continuidad inmediata de Pullaro. Esa paradoja expuso las tensiones de fondo en la Convención, donde el oficialismo se impuso con el respaldo de aliados, mientras la oposición más dura denunció que se consagró una reforma con un claro beneficiario.
Con esta votación, Santa Fe abre un nuevo capítulo en su historia constitucional. Pero también queda instalado un interrogante político central: ¿la reforma será recordada como un avance democrático o como el movimiento que le abrió la puerta a Pullaro para extender su poder?