En las últimas horas, la Justicia santafesina entró en un punto de máxima tensión política. El gobernador Maximiliano Pullaro decidió avanzar a fondo con una reestructuración histórica del Poder Judicial: quiere reemplazar por completo a los ministros de la Corte Suprema que superan los 75 años y enviar una señal de autoridad hacia un Tribunal que durante décadas mantuvo autonomía política, influencia propia y figuras intocables. En la Casa Gris ya no hablan de hipótesis: hablan de decisión tomada.
La novedad es que el mandatario ya comunicó a los cortesanos que deben presentar la renuncia o, de lo contrario, serán desplazados por decreto. La sola posibilidad de una destitución directa de ministros de la Corte —algo jamás registrado en la historia institucional de Santa Fe— generó un temblor adentro y afuera de Tribunales. Solo uno de los jueces alcanzados por la edad, Eduardo Spuler, anticipó que se retirará en septiembre de 2026. Los otros dos, Roberto Falistocco y Rafael Gutiérrez, no muestran voluntad de irse. Por el contrario, uno de ellos decidió hablar en público y el otro se prepara para asumir un rol aún más relevante en el circuito judicial regional.
“Quedará en la historia si se concreta que un gobernador destituyó por decreto a un ministro de la Corte. Algo nunca visto. Dará mucha vergüenza a los correligionarios verdaderamente democráticos”, deslizan en los pasillos de la Justicia, donde la tensión es palpable.
La decisión de Pullaro se apoya en la reciente reforma constitucional, que fijó el límite de edad para permanecer en el máximo tribunal. Pero también es producto de una disputa de poder y de control administrativo que lleva años. La salida del histórico secretario de Gobierno de la Corte, Eduardo Bordas, confirmó que el gobernador avanza con una cirugía mayor en un Poder Judicial que, según su lectura, requiere una reingeniería funcional y política.
Bordas, el hombre fuerte detrás de la Corte, ya no es intocable
El primer impacto fuerte llegó con el anuncio de la renuncia —fechada para abril de 2025— de Eduardo Bordas, el funcionario que manejó durante 25 años la estructura administrativa, las compras, los movimientos de personal y las decisiones estratégicas en la Justicia santafesina.
Bordas concentró tanto poder que, incluso por encima de los ministros, era quien ejecutaba la política interna de la Corte. Un dato ilustra esa influencia: apenas asumió como ministro de Seguridad en 2015, Pullaro fue citado por Bordas en una estación de servicio para advertirle: “Tené en cuenta que el poder real lo tenemos nosotros. Ustedes se van en cuatro años, nosotros nos quedamos”, según cuentan.
Ese mensaje, repetido durante décadas a distintos gobiernos, terminó de sellar su destino cuando Pullaro llegó a la Gobernación. Hoy, con una Corte ya recambiada parcialmente y con la caída interna del respaldo político de los ministros más antiguos, Bordas perdió el “blindaje” que lo sostuvo 20 años.
Las tensiones también provenían de adentro del propio Tribunal: Daniel Erbetta, ministro designado en tiempos de Binner, cuestionó abiertamente la concentración de poder que la acordada 41 le otorgó al secretario y propuso su derogación.
Falistocco desafía al Gobierno y Gutiérrez se encamina a asumir la Presidencia
El presidente de la Corte, Roberto Falistocco, decidió romper el silencio y declarar públicamente que pretende seguir en funciones, pese a superar ampliamente la edad límite. “Mientras uno tenga ganas de salir a la cancha hay que jugar”, dijo frente a la prensa, usando una metáfora futbolera que cayó muy mal en la Casa Gris.
La frase fue interpretada como una provocación en un contexto en el que Pullaro ya dejó claro que la postura del Ejecutivo es firme: “Quienes no cumplen los parámetros legales y constitucionales deberán dejar sus cargos”.
El otro ministro apuntado, Rafael Gutiérrez, tampoco dio señales de retirarse. Por el contrario, viene de ser designado como presidente de la Región Litoral Centro de la Junta Federal de Cortes (Jufejus), un movimiento que en el oficialismo leen como un intento de reafirmar presencia institucional mientras se negocia su salida.
En Gobernación insisten: aceptan que continúen solo si entregan la renuncia firmada, con fecha concreta. Si no, habrá decreto.
Una reconfiguración sin precedentes
La Corte santafesina ya tuvo incorporaciones recientes: Jorge Baclini, Margarita Zabalza y Rubén Weder reemplazaron a Mario Netri y María Angélica Gastaldi. A esto se suma la salida del procurador Barraguirre, también por efecto de la reforma constitucional.
Pullaro pretende completar el rediseño en 2025:
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Un ministro surgido del ámbito político.
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Uno del sector de los abogados.
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Uno de la carrera judicial.
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Al menos dos de ellos, mujeres, dado que hoy el Tribunal tiene una sola.
Además, el Ejecutivo impulsará concursos para reemplazar a Bordas y desmontar las funciones extraordinarias que acumuló desde 1999. La idea —coincidente con Erbetta y parte de la Corte— es avanzar hacia una administración descentralizada y controlada directamente por los ministros.
Una elección clave en la Corte antes de fin de año
Otro capítulo tenso se definirá en pocos días: la elección del presidente de la Corte para 2026. El tradicional sistema de rotación regional quedó alterado por la nueva composición del Tribunal, y cualquier decisión se dará en medio de una puja abierta entre el Gobierno y los ministros que Pullaro busca reemplazar.
La Casa Gris asegura que no habrá “violencia institucional”, pero reconoce que la etapa de negociación está llegando al final. El gobernador busca una Corte que acompañe su concepto de eficiencia, transparencia y reordenamiento del sistema judicial; los ministros más antiguos defienden su permanencia y reivindican autonomía histórica.
La discusión ya no es técnica ni jurídica: es de poder.
Y en Santa Fe, la historia está a punto de escribir un capítulo inédito.



