La discusión sobre el régimen municipal, uno de los ejes centrales de la reforma constitucional, vivió este martes su jornada más tensa desde que se puso en marcha la Convención Constituyente. Lo que parecía un debate técnico terminó convertido en un choque político que expuso, una vez más, las diferencias entre oficialismo y oposición.
El clima comenzó a enrarecerse cuando el bloque Unidos para Cambiar Santa Fe, que cuenta con mayoría, presentó sus dictámenes para darle autonomía a los municipios y comunas. Desde el justicialismo, sin embargo, denunciaron que la propuesta se hizo “sin consenso” y que el diálogo previo fue apenas una formalidad. Según relató Juan Monteverde, convencional de Más para Santa Fe, en la reunión preparatoria “solo se compartieron ideas generales” y no el texto completo que luego llegó al recinto: “Nos mostraron un PowerPoint, no un acuerdo”, ironizó.
La tercera jornada de debate en la comisión de Régimen Municipal, Derecho a la Ciudad y Ordenamiento Territorial de la Convención Reformadora estuvo marcada por las indefiniciones del bloque oficialista Unidos, que llegó al recinto con siete proyectos distintos sobre autonomía municipal y no pudo consensuar un dictamen de mayoría.
La falta de acuerdo interno derivó en una sesión caótica, con múltiples cuartos intermedios, reclamos opositores por la metodología de trabajo y un creciente malestar político que amenaza con trabar el calendario de la reforma.
Un arranque desordenado
La reunión estaba prevista para las 9, pero el oficialismo pidió un cuarto intermedio antes de empezar. Recién pasadas las 14 se retomaron las discusiones, aunque sin un texto único. En su lugar, Unidos ingresó dictámenes parciales sobre intermunicipalismo, derecho a la ciudad y ordenamiento territorial.
Esto generó las primeras fricciones con la oposición, que reclamó discutir primero el régimen municipal antes de abordar puntos derivados. “Para debatir sobre intermunicipalismo, necesitamos saber qué posición tiene Unidos sobre la autonomía”, advirtió Diego Giuliano (Más para Santa Fe).
Juan Monteverde, del mismo bloque, fue más duro: “Nos dieron el dictamen 15 minutos antes de entrar al recinto. Son las 14.30 y todavía no sabemos qué quiere el gobierno en este punto de la reforma”.
La presión de la oposición
Rubén Giustiniani (Activemos) pidió que el debate se mantenga abierto y criticó la dinámica de los cuartos intermedios: “Son cortes que no nos permiten avanzar. En la práctica, seguimos sin conocer ninguna propuesta concreta del oficialismo”.
En la misma línea, Pablo Corsalini (Más para Santa Fe) cuestionó que los convencionales tuvieran que “esperar en los pasillos mientras el oficialismo discute entre ellos”.
Ante los reproches, Joaquín Blanco (Unidos) intentó bajar la tensión defendiendo la propuesta de regionalización: “Supone descentralizar el poder y acercarlo a la gente en una provincia diversa”. Pero lejos de ordenar la sesión, la jugada abrió nuevos cuestionamientos opositores.
Fracturas internas en Unidos
El peso de la indefinición recae sobre el interbloque oficialista, que tiene la presidencia y ocho de los quince convencionales de la comisión, pero no logra acordar una propuesta común.
Las diferencias se expresan en puntos sensibles:
-
Piso poblacional para cartas orgánicas locales: el socialismo plantea 20 mil habitantes, mientras que la UCR y el PRO proponen 50 mil.
-
Reelección de intendentes: el PS y el PRO impulsan un solo período, mientras que la UCR prefiere que quede bajo regulación de cada convención municipal.
-
Coparticipación: el socialismo busca fijar un piso de distribución en la Constitución, mientras que la UCR prefiere dejarlo a una futura ley.
Incluso el ministro de Economía, Pablo Olivares, intervino en la discusión en días previos, inclinándose por la postura radical de no fijar porcentajes rígidos en la Constitución.
Según planteo el ministro de Economía Pablo Olivares. El funcionario respaldó el proyecto radical con tres argumentos centrales: la constituyente nacional de 1994 no fijó ningún piso de coparticipación entre la Nación y las provincias; el federalismo fiscal es dinámico y con el tiempo un nivel de gobierno asume funciones que tenía otro, entonces los recursos deben tener un correlato con esos cambios; el constituyente no debe asumir funciones del legislador, es decir que la coparticipación tiene que ser definida por la Legislatura y no por la Convención.
Un cierre sin definiciones
Pasadas las 18, el oficialismo volvió a pedir un cuarto intermedio “para afinar la redacción”. Dos horas más tarde, sin avances concretos, Unidos solicitó otra prórroga. El socialista Pablo Farías pidió calma y aseguró que “vale la pena seguir intentando”.
El punto de quiebre se produjo en medio de la exposición del oficialista Joaquín Blanco. Allí, Monteverde tomó la palabra, calificó el proceso como “un simulacro de debate” y se retiró del recinto, seguido por otros representantes del PJ. “El gobernador quiere imponer su Constitución con una mayoría ajustada y sin escuchar a la oposición. Así no se puede construir un texto que represente a todos los santafesinos”, lanzó antes de irse.
La tensión se agravó con la intervención de Pablo Corsalini, quien también cuestionó que no se incluyeran temas planteados por el peronismo, como el derecho a la vivienda para los inquilinos. “Queríamos que la Constitución garantice que alquilar no sea una condena. Pero Unidos ni siquiera quiso hablar del tema”, sostuvo.
Desde el oficialismo, Blanco rechazó las acusaciones y defendió la metodología. El Socialista aseguró que el dictamen no es “un proyecto cerrado de Unidos” sino “una síntesis que recoge aportes de distintos sectores, académicos y experiencias de la ciudadanía”. También criticó la actitud del PJ: “No se puede abandonar una reforma constitucional. Las sillas vacías no construyen consenso”.
En ese marco, desde Unidos replicaron que Monteverde y otros convencionales opositores “mezclan la campaña electoral con el trabajo de la Convención”, y advirtieron que el proceso constitucional no puede ser usado para disputas de corto plazo.
A pesar de la tensión, el dictamen de mayoría fue firmado y ahora pasará a la Comisión Redactora, desde donde luego será elevado al pleno para su votación. El justicialismo, por su parte, podrá presentar un dictamen en minoría, aunque con pocas posibilidades de prosperar frente al peso de la mayoría oficialista.
El episodio dejó al descubierto las dificultades para avanzar en acuerdos amplios sobre un punto sensible como la autonomía municipal. También marcó el primer quiebre fuerte en la dinámica de trabajo de la Convención, que hasta ahora venía transitando con discusiones intensas, pero sin rupturas abiertas.
El debate se retomará recién el jueves, con la expectativa de que Unidos logre finalmente unificar posiciones. Mientras tanto, el malestar opositor crece y el riesgo de que la reforma quede atrapada en la rosca oficialista comienza a ser más evidente.