La tensión entre los gremios docentes y el Gobierno provincial volvió a quedar en evidencia este miércoles, cuando Amsafé y Sadop realizaron una nueva acción de visibilización frente a la sede del Iapos, en la ciudad de Santa Fe. El reclamo se centró en el rechazo a la oferta salarial presentada en la última paritaria, considerada insuficiente para frenar la pérdida del poder adquisitivo.
La modalidad de protesta, que evitó el paro total por temor a los descuentos de los días no trabajados, incluyó cortes parciales de calle Rivadavia y reunió a docentes públicos y privados. Rodrigo Alonso, secretario general de Amsafé, fue contundente: “De manera unánime rechazamos la propuesta del Gobierno y sintetizamos que Santa Fe está de pie y vamos a seguir luchando por la escuela pública”.
Además del reclamo salarial, los docentes señalaron el mal funcionamiento de la obra social Iapos, denunciando altos aportes y un servicio deficiente: “Pagamos muchísimo de Iapos, ya no es solamente el aporte sino también el complemento, y el servicio es nulo. Cuando vamos al médico hay que pagar plus y orden, lo mismo con los estudios”, dijo Alonso.
El plan de lucha de los gremios contempla nuevas instancias: el 27 de agosto habrá una manifestación frente a la Caja de Jubilaciones y el 3 de septiembre se realizará una marcha de antorchas en toda la provincia.
La respuesta del Gobierno: aumento por decreto y paritaria cerrada
Desde la Casa Gris, el mensaje fue categórico: no habrá reapertura de la discusión salarial en lo inmediato. El ministro de Educación, José Goity, confirmó que el aumento se abonará por decreto, pese al rechazo gremial.
“La mayoría de los empleados públicos aceptó la propuesta. La dirigencia sindical planteó un rechazo, pero los docentes necesitan la actualización salarial. El aumento se va a pagar por decreto, lo que no quita que sigamos conversando en el futuro”, expresó Goity.
El funcionario defendió la postura oficial al recordar que desde el inicio de la gestión se otorgaron actualizaciones salariales mensuales, se incorporó el premio a la asistencia perfecta y se realizaron inversiones en infraestructura escolar.
El contraste con la historia reciente
La decisión del gobierno de Maximiliano Pullaro marca un contraste con momentos claves de la política educativa en Santa Fe y en el país. Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, la educación ocupó un lugar central, con la normalización de universidades y una fuerte apuesta a la formación docente.
Más cerca en el tiempo, el socialista Hermes Binner —a quien el propio Pullaro suele reivindicar— colocó a los docentes como actores centrales del desarrollo provincial, promoviendo mejoras en sus condiciones laborales y capacitación. Incluso Miguel Lifschitz, señalado como mentor político del actual gobernador, aplicó la cláusula gatillo para garantizar que los salarios no quedaran rezagados frente a la inflación.
Hoy, en cambio, la discusión parece girar más en torno al ajuste fiscal y a una competencia política entre Provincia y Nación sobre quién impone mayores restricciones al sector docente.