Por Mg. Gonzalo Macco *
El reciente anuncio del presidente Javier Milei, que declara al 2025 como el “Año de la Reconstrucción de la Argentina”, ha generado un revuelo tanto de expectativas como de escepticismos en la sociedad. A través de su segundo decreto, Milei establece el camino hacia un futuro que, según él, se centra en la estabilidad económica y el desarrollo sostenible. No obstante, es esencial analizar no solo las intenciones, sino también la viabilidad de estas propuestas en un país que ha lidiado con crisis crónicas.
El presidente Milei se ha diferenciado en el panorama político argentino por su capacidad de cumplir con varias de las promesas electorales que lo llevaron al poder. Las reformas estructurales que había anunciado en campaña se han llevado a cabo en gran medida, marcando un cambio significativo en la dirección del país. Aun así, para que esta “reconstrucción” signifique un verdadero avance, es crucial establecer un servicio civil profesional robusto, tal como lo sugieren las diversas cartas iberoamericanas que abogan por una administración pública eficiente, eficaz, ética y meritocrática.
El presidente Milei se ha diferenciado en el panorama político argentino por su capacidad de cumplir con varias de las promesas electorales que lo llevaron al pode
En su gestión, el actual Ministro de Desregulación y Transformación del Estado ha implementado diversas políticas que buscan optimizar la gestión pública. Con todo, no debemos olvidar la importancia del legado que dejó el ex presidente Mauricio Macri en este ámbito. Su plan de modernización constituyó uno de los hitos más importantes de su gestión. El mismo abarcaba desde la incorporación de nuevas tecnologías hasta la reducción de la burocracia estatal, lo cual sentó las bases para transformaciones significativas. Pero cifrar expectativas solo en la gestión actual podría ser riesgoso si no se reconoce el esfuerzo previo.
Entre las reformas estructurales ejecutadas por Macri, se destaca la creación del expediente electrónico y la incorporación de trámites a distancia, medidas que buscan despapelizar la administración pública y que fueron fundamentales durante la pandemia del COVID. De cualquier forma, existe una gran deuda pendiente en cuanto a la jerarquización de los recursos humanos. Esto se hizo evidente cuando, cerca del final de su mandato, el entonces Secretario de Modernización, Andrés Ibarra, firmó una resolución para establecer un nuevo sistema de Alta Dirección Pública Profesional. Esta iniciativa tenía como objetivo atraer y retener talento capacitado en el servicio público, algo que se torna crucial en la era digital. Ahora bien, su implementación fue abruptamente interrumpida por la gestión de Alberto Fernández, dejando a esos esfuerzos inconclusos.
El anuncio del 2025 como un año de reconstrucción es una oportunidad que la Argentina no puede permitirse desaprovechar. Dicho esto, el éxito de esta declaración dependerá no solo de las palabras, sino de la habilidad del gobierno de Milei para llevar a cabo reformas efectivas y sostenibles. La clave radica en combinar la ambición de un nuevo comienzo con la sabiduría de aprender del pasado y valorar los logros previos en materia de gestión pública y la modernización del Estado.
«A medida que avanza hacia 2025, la presión está sobre los hombros de Milei y su equipo. Para reconstruir un país que ha enfrentado desafíos tan profundos…»
A medida que avanza hacia 2025, la presión está sobre los hombros de Milei y su equipo. Para reconstruir un país que ha enfrentado desafíos tan profundos, se necesita más que un decreto; se requiere de un compromiso genuino con las reformas y una voluntad inquebrantable de transformar la gestión pública en beneficio de todos los argentinos, siendo fundamental llegar a los acuerdos institucionales correspondientes para crear una verdadera dirección pública profesional, como ocurrió en nuestro país vecino, Chile. La historia ya ha dejado enseñanzas valiosas; ahora, es momento de aplicarlas.
Gonzalo Macco *
Presidente del Instituto de Gestión Pública del Colegio de Abogados de Rosario