Este próximo viernes volverán a reunirse las autoridades del Partido Justicialista de Santa Fe para evaluar la conducta de los Diputados que votaron la reforma constitucional con el oficialismo y con varias preguntas para responder ¿Cómo reconstruir la unidad?, ¿Podremos contener a los que quieren huir?, entre otras.
El peronismo sufrió dos vendavales en un año. El primero fue el amplio triunfo de Maximiliano Pullaro en la Gobernación, que barrió al justicialismo de Concejos, municipios y la Legislatura. El otro fue la reforma constitucional, una bomba interna que detonó replanteos y reacomodamientos cuando, de a poco, acomodaban las sillas en la mesa.
Después de la votación del jueves pasado, el peronismo quedó inmerso en una crisis interna más profunda todavía que la que se había generado con la derrota electoral de 2019. Ello, producto de que fue un sector del PJ quien concedió al oficialismo la llave para que la reforma pudiese habilitarse. Se trata de la bancada que lidera Omar Perotti; el jueves, cuatro de sus cinco integrantes – todos, menos Walter Agosto- levantaron la mano para que el oficialismo lograse los dos tercios. La votación fue en ese sentido, con el agravante de que el partido había resuelto otorgar mandato a sus legisladores para que rechazasen el proyecto.
Si bien cada una de las tribus trataba de hacer su juego después del desenlace de 2023, hubo un intento de unidad tras las elecciones partidarias. Pero el posicionamiento frente a la reforma desnudó las diferencias de criterio que ya se veían y hasta las ganas genuinas de construir un proyecto común, incluso de algunos que están dentro.
Ahora, la conducción partidaria deberá evaluar la conducta de Perotti y de los diputados Celia Arena, Marcos Corach y Sonia Martorano. Una de las hipótesis iniciales que se barajaron cuando se discutió la situación era expulsar a quienes desoyeran la directiva partidaria. Pero sólo el congreso provincial del PJ tiene potestad para establecer esa sanción. La discusión del viernes definirá los pasos a seguir. No se descarta, de hecho, que del encuentro surja una convocatoria al Congreso para habilitar así la discusión del tema.
La gran pregunta es qué ocurrirá en el futuro con el peronismo. En febrero será el cierre de listas para los convencionales. Los partidos deberán presentar una sola grilla porque no habrá Paso. El que no quiera ir por dentro del partido lo deberá hacer con otro sello y en esa empiezan a pensar los electores mencionados.
Solo 60 días para resolver una dispersión importante y un año electoral clave. ¿Unidad en dos meses? “Si acordaron la candidatura a gobernador en tres horas, ¿por qué no?”, dijo sin real convencimiento un dirigente.
¿Por afuera?
Santa Fe es el tercer distrito electoral más importante del país, detrás de Buenos Aires y Córdoba. Es un punto geográfico trascendente para cualquier espacio político. El año pasado el peronismo perdió las elecciones y quedó muy debilitado. El candidato a gobernador fue el actual senador nacional Marcelo Lewandowski, que el último fin de semana dio una señal de independencia hacia dentro del espacio político.
El periodista deportivo presentó la agrupación “Activemos” en un plenario que se realizó en Rosario. No hubo banderas ni sellos partidarios. Es una nueva fuerza que se fundó a orillas del PJ santafesino, que conduce Guillermo Cornaglia, de estrecha relación con el senador provincial Armando “Pipi” Traferri.
Lewandowski prendió una luz de alarma en el peronismo de la provincia. Se corrió del PJ, donde están alineados el espacio que conduce Agustín Rossi, La Cámpora y el Movimiento Evita. El periodista es uno de los dirigentes que mayor intención de voto tiene. Lo mostró en las últimas elecciones.