El debate sobre la reelección del gobernador en Santa Fe ha tenido altibajos en las últimas décadas, pero el giro reciente en la postura del PRO santafesino pone de manifiesto cómo las prioridades políticas pueden variar según el rol que un partido ocupe en el tablero político. De ser un opositor acérrimo a cualquier cambio que habilitara la continuidad de un gobernador, el PRO ha pasado a ser uno de los principales impulsores de esta reforma, en línea con su reciente integración al oficialismo de Unidos para Cambiar Santa Fe.
El argumento principal del PRO y de otros sectores de Unidos para Cambiar Santa Fe se centra en la idea de continuidad. Desde su perspectiva, habilitar la reelección del gobernador permitiría profundizar políticas públicas y evitar los riesgos de un cambio de rumbo abrupto en la provincia. Este enfoque, que contrasta con su postura histórica, ha generado tensiones dentro de la coalición oficialista, donde sectores como el socialismo aún mantienen reservas respecto a reformar la Constitución con fines electoralistas.
El PRO opositor: un férreo rechazo a la reelección
Durante los gobiernos del Frente Progresista Cívico y Social, el PRO se posicionó como uno de los principales críticos de cualquier intento de habilitar la reelección del gobernador. En ese entonces, argumentaban que abrir esta posibilidad ponía en riesgo la alternancia democrática y favorecía el personalismo. Desde este discurso, rechazaron en varias ocasiones las propuestas de reforma constitucional que impulsaron Hermes Binner, Antonio Bonfatti y Miguel Lifschitz, las cuales incluían, entre otros puntos, esta discusión.
El PRO, alineado con el liderazgo de Mauricio Macri y su estrategia nacional, defendía la necesidad de limitar el poder de los gobernantes mediante mandatos únicos o alternados. Este discurso, utilizado como bandera política, sirvió para diferenciarse del Frente Progresista y posicionarse como una fuerza que promovía un cambio institucional en Santa Fe.
El PRO oficialista: de la oposición a la conveniencia política
Con la llegada de Unidos para Cambiar Santa Fe al poder y la asunción de Maximiliano Pullaro como gobernador, la postura del PRO ha dado un giro drástico. Ahora, el partido no solo apoya la reelección del gobernador, sino que la impulsa como parte de una reforma constitucional que busca consolidar el proyecto político de la coalición.
¿Qué ha cambiado? Principalmente, el lugar que ocupa el PRO en el nuevo esquema de poder. Como fuerza integrante del oficialismo, el partido ve en la reelección una herramienta clave para garantizar la continuidad de la gestión de Pullaro, que consideran fundamental para llevar adelante las transformaciones prometidas. Este cambio de postura no solo responde a un alineamiento con el radicalismo dominante en la coalición, sino también a la posibilidad de posicionar a la vicegobernadora, Gisela Scaglia, como una figura clave en el esquema político futuro.
Para el PRO, la reelección representa ahora una oportunidad de estabilizar el liderazgo de la coalición y consolidar un proyecto político que busca continuidad más allá del mandato actual. Este pragmatismo político deja atrás el discurso de alternancia que defendían como oposición y muestra cómo los principios pueden adaptarse a las circunstancias de poder.
El giro pragmático del PRO: ¿principios o conveniencia?
El cambio de postura del PRO evidencia una realidad política innegable: los principios suelen adaptarse a las necesidades del momento. Mientras que en la oposición el rechazo a la reelección se utilizaba como herramienta para cuestionar al Frente Progresista, en el oficialismo la misma idea se presenta como un recurso estratégico para fortalecer su posición de poder.
Este giro no es exclusivo del PRO, pero resulta significativo por la velocidad con la que se ha producido y por el contraste con su discurso anterior. En lugar de abogar por una reforma amplia y profunda, como lo hacía el Frente Progresista, el PRO ahora prioriza el debate sobre la reelección, mostrando cómo la conveniencia política puede moldear incluso los argumentos más firmes.