A poco más de un mes para la sesión constitutiva de la Convención Reformadora de la Constitución de Santa Fe, los dos principales frentes políticos de la provincia ya pusieron en marcha sus maquinarias internas. Reuniones partidarias, documentos políticos y estrategias legislativas empiezan a trazar el camino hacia un debate que promete ser áspero, con gestos simbólicos de alto impacto y disputas que ya no ocultan su contenido electoral.
El 1 de mayo, mientras el gobernador Maximiliano Pullaro hablaba ante la Asamblea Legislativa, los convencionales electos por Unidos para Cambiar Santa Fe y por el peronismo nucleado en Más para Santa Fe se reunían por separado para definir posiciones ante el proceso de reforma que comenzará el próximo 14 de julio en el recinto de la Cámara de Diputados. El paso formal será el acto de jura de los 69 constituyentes y la conformación de las comisiones. Pero el juego político ya empezó.
Ficha limpia como bandera y campo de disputa
El oficialismo provincial puso sobre la mesa uno de los debates más incómodos para el peronismo: consagrar la ley de Ficha Limpia dentro del nuevo texto constitucional. La norma ya rige en Santa Fe desde noviembre de 2022, impulsada por el radical Felipe Michlig, y ahora Pullaro quiere dotarla de jerarquía constitucional como uno de los pilares de la reforma. No es sólo una jugada jurídica: es una jugada política.
El proyecto que naufragó en el Congreso nacional, con el rechazo del bloque kirchnerista, será ahora bandera del llamado Modelo Santa Fe. El gobernador lo sabe y lo agita: no sólo por convicción sino porque el tema rinde. “Pullaro está ante la posibilidad de venderle a la provincia, y también al país, que en Santa Fe rige Ficha Limpia y el peronismo nacional la rechazó”, reconocen desde el oficialismo.
La oposición, previsora, intentó moverse con anticipación. El bloque de convencionales de Más para Santa Fe, conducido por Juan Monteverde, difundió un comunicado donde ratifica el acompañamiento a Ficha Limpia y anuncia la renuncia a los fueros legislativos como gesto político. “No estamos dispuestos a sostener ningún privilegio”, señalaron. Pero el documento también lanza su propio paquete institucional: proponen incorporar el referéndum revocatorio, la creación de una Oficina Anticorrupción autónoma del Ejecutivo y nuevos mecanismos de control ciudadano.
No todos en el PJ santafesino comparten la misma velocidad ni decisión. El senador nacional y convencional electo Marcelo Lewandowski votó en contra del proyecto nacional de Ficha Limpia, y su postura en la Convención provincial ahora queda bajo la lupa. Desde el oficialismo ya lo señalan como un blanco político. Desde el peronismo, en voz baja, admiten que la discusión sobre ética pública incomoda y divide.
Un proceso que no define aún su forma institucional
En paralelo a la disputa discursiva, las estructuras institucionales de la Convención avanzan con cautela. El bloque de Unidos mantuvo su primera reunión formal en la casa radical de Santa Fe, con la presencia de la presidenta de la Cámara de Diputados, Clara García. Aún no se definieron las autoridades del bloque ni de las comisiones, pero sí se empezó a perfilar el eje discursivo: modernización del Estado, transparencia y una Constitución que incorpore los valores de austeridad y eficiencia que el gobierno de Pullaro exhibe como marca de gestión.
Desde el otro lado, Más para Santa Fe advierte: “El riesgo es que esta reforma sea una reforma de la política para la política, o peor aún, del oficialismo para el oficialismo con la sociedad como mera espectadora”. La frase condensa un temor latente: que el proceso reformador, acotado en el tiempo y sin participación ciudadana previa, derive en una agenda cerrada donde los temas se decidan a puertas cerradas.
En este punto, ambas fuerzas buscan blindarse con gestos que los posicionen frente a la opinión pública. El oficialismo apunta a Ficha Limpia, a la eliminación de fueros y a una reelección con marco institucional. La oposición responde con iniciativas que amplían el control popular y apuntan a limitar el poder del Ejecutivo.
En marcha, pero con tensión de fondo
Con todos los condimentos de una disputa institucional con consecuencias políticas, la Convención santafesina se prepara para ser más que una instancia técnica. Con 40 días hábiles de debate (y una prórroga posible de 20 más), el calendario impone velocidad. Pero los primeros pasos ya muestran que el proceso no será aséptico.
Ficha Limpia, fueros, reelección, Oficina Anticorrupción, mecanismos de control, modelo institucional y gestos de cara a 2025 y 2027. Todo entra en juego. La reforma constitucional no sólo busca actualizar el texto: también empieza a reordenar el tablero de poder en Santa Fe.