El presidente electo Javier Milei anunció que, dentro de su modelo de gestión, irá por la privatización de algunas empresas de capital estatal. De qué se trata esta medida, que ya fue implementada en la década del noventa.
El presidente electo Javier Milei anunció que, como parte de su gestión, pretende privatizar algunos de los estamentos que pertenecen al ámbito público, como lo son YPF, medios de comunicación y Aerolíneas Argentinas, entre otros. Sus palabras recordaron a la década del noventa, donde muchos de ellos se gestionaron de esta manera.
El director de la consultora Paspartú (asesoría en hidrocarburos, energía, minería, ambiente y políticas públicas) y exsubsecretario de Hidrocarburos, Juan José Carbajales, indicó que entre 2015 y 2019, la administración de Cambiemos se limitó a que YPF «sea una empresa más del sector», perdiendo la vista de otras áreas claves.
«YPF es el capitan del equipo nacional», remarcó Carbajales y enfatizó: «Es una herramienta del Estado Nacional y la mayor productora de hidrocarburos (…) No podemos dejar que deje de cumplir su rol actual. Eso puede afectar la economía». Además sostuvo que YPF no es deficitaria, representa ganancias para el estado y soberanía energética. El interés de Milei en privatizar la empresa de mayoría estatal es «ideológico».
Para una venta de YPF, sería «indispensable la articulación con las provincias», ya que Neuquén, Río Negro y Santa Cruz tienen «una silla permanente» en las decisiones de la empresa con mayoría estatal, indico el consultor, que ademas dejo un analisis simplificado de lo que considera los 3 niveles en la pretendida privatizacion de YPF
«Privatizar YPF» en 3 niveles: el qué, el cómo y el para qué.
El qué: reformular la empresa, dotarla de valor y luego vender sus acciones, donde el Estado Nacional y las provincias detentan el 51% del capital por ley 26.741 de soberanía energética de 2012.
El cómo: mecanismo legislativo q/requiere amplios consensos (mayoría simple ó 2/3 si se interpreta ley de «orden público» y el juego de la ley 27181 q/defiende acciones del FGS) + negociación c/provincias (que tienen directores en YPF y voto mancomunado c/Nación x 50 años).
El para qué: ¿qué se busca al privatizar YPF? Reconfigurar el rol del Estado en un sector estratégico y rebalancear el mapa de actores del sist. Vaca Muerta, p/q/sea la iniciativa privada quien diseñe/ejecute/finance obras de infraestr. y la prod. de Oil&Gas no convencional.
¿Qué pasaría con una YPF privada?
1) Quedaría librada a ser una empresa más del mercado, desligándose de activos no estratégicos (como subsidiarias YPF Gas/Luz/Litio/Y-Tec/Metrogas) y las inversiones en cuencas maduras o el off shore.
2) Dejaría de ejecutar políticas públicas, articular con otras empresas estatales (Enarsa, Cammesa) y ser el brazo ejecutor de políticas de obra (GPNK), servicios GLP) y canalización de subsidios (gasoil).
Ergo: la venta no responde a la típica crítica liberal «las empresas púb. pierden plata», pues YPF es superavitaria, sino a una decisión ideológica (cf. ideario liberal-libertario) de un Estado subsidiario/suplente, retirado de la prod. hidrocarb. y la gestión de cometidos púb.
Está por verse si este proceso encuentra resistencia social: YPF es parte de patrimonio público como empresa de bandera centenaria, omnipresente en todo el país, arraigada en trabajadores y pueblos enteros, con fuerte incidencia en finanzas pciales. Una selección sin capitán, manifiesta Carbajales.
