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HOY:  martes 09 de septiembre del 2025

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El peronismo tuvo la oportunidad de marcar la cancha, pero se quebró en la primera jugada

Con la votación del reglamento, el justicialismo perdió la chance de consolidar un bloque opositor firme frente al oficialismo. La fractura interna abre dudas sobre el futuro de su rol en la reforma.

En la votación por el reglamento interno, senadores e intendente justicialista acompañaron al oficialismo y dejaron expuesta una división temprana en el bloque de Más para Santa Fe. La oposición perdió la oportunidad de consolidar una estrategia común frente a Unidos.

La reforma constitucional de Santa Fe tuvo su primer capítulo de alto voltaje político con una votación que marcó el pulso del debate que se avecina. En la discusión del reglamento interno de la Convención, el bloque del peronismo no logró sostener una postura unificada y quedó dividido frente al oficialismo. Mientras que una parte del espacio votó por establecer mayorías más exigentes para aprobar reformas, otra fracción se alineó con Unidos para Cambiar Santa Fe y avaló la aplicación de mayoría simple.

El quiebre se produjo en un tema sensible: cómo se definirá el umbral necesario para aprobar los proyectos de reforma constitucional. El oficialismo impulsó la opción de mayoría simple —es decir, que triunfa la propuesta con más votos, aunque no alcance la mitad más uno del total—, y logró respaldo de siete convencionales de Más para Santa Fe, entre ellos, los senadores provinciales Rubén Pirola, Osvaldo Sosa, Armando Traferri y Alcides Calvo, junto al intendente de Pérez, Pablo Corsalini, y el rossista Facundo Olivera.

Unidad en el discurso, diferencias en la práctica

Del otro lado de la votación quedaron figuras de alto perfil del justicialismo, como la exvicegobernadora Alejandra Rodenas, el diputado nacional Diego Giuliano, la legisladora provincial Lucila De Ponti, el referente rosarino Juan Monteverde y la ex defensora del Servicio Público, Jaquelina Balangione. Todos defendieron la necesidad de mecanismos más robustos de aprobación para garantizar consensos amplios en las reformas.

Aunque desde el peronismo intentaron relativizar el impacto del voto dividido, lo ocurrido dejó al descubierto las diferencias internas que atraviesan a la fuerza. “La unidad es en la diversidad”, fue el argumento repetido en pasillos legislativos, pero la señal política fue clara: el bloque mayoritario del PJ quedó fracturado en su primera votación clave.

El bloque que no fue: peronismo en plural

La presencia de dos bloques peronistas en la Convención —uno nucleado en Más para Santa Fe y otro en Activemos, liderado por Marcelo Lewandowski— ya anticipaba un funcionamiento fragmentado. Si bien suman 16 convencionales, las diferencias estratégicas y territoriales dificultan cualquier posibilidad de interbloque.

Más para Santa Fe concentra a doce representantes provenientes del PJ, Ciudad Futura y aliados. Entre ellos figuran referentes con peso político como Rodenas, Monteverde, Giuliano, De Ponti y Corsalini. Pero la conducción del espacio ya generaba disputas antes de iniciar formalmente los debates: mientras algunos impulsaban a Monteverde como jefe de bloque, otros proponían al senador Rubén Pirola, en representación del peronismo territorial del interior.

Del otro lado, Activemos reúne a cuatro convencionales, entre ellos el propio Lewandowski, Rubén Giustiniani, la gremialista María Victoria Capocetti y la empresaria Eugenia Martínez. Este espacio observa con distancia las tensiones internas del PJ y se muestra más dispuesto a articular con sectores institucionalistas, pero evita alineamientos automáticos.

¿Una señal para lo que viene?

La votación sobre el reglamento fue el primer test político de una Convención que tendrá múltiples temas sensibles sobre la mesa: reelección del gobernador, régimen previsional, autonomía municipal, Consejo de la Magistratura, entre otros. Para el peronismo, la posibilidad de ejercer un rol opositor con protagonismo real dependía de la capacidad de actuar en bloque, pero la primera escena mostró fisuras evidentes.

En la sesión, quienes votaron con el oficialismo justificaron su decisión en la necesidad de “dar gobernabilidad” al funcionamiento interno de la Convención, pero desde el sector más crítico del PJ señalaron que ceder esa herramienta le da al gobierno provincial “un cheque en blanco” para avanzar con la reforma sin contrapesos.

La tensión entre los referentes del justicialismo con responsabilidad institucional —como los senadores— y los sectores más duros —como Ciudad Futura— quedó en evidencia, y podría profundizarse en votaciones futuras si no se logra una estrategia común.

El gobierno celebra, la oposición se reordena

Desde Unidos para Cambiar Santa Fe tomaron nota del resultado y lo interpretan como una muestra de debilidad opositora. En la Casa Gris destacan que el reglamento fue aprobado con una mayoría holgada y que el oficialismo logró conservar la centralidad del proceso.

Mientras tanto, en los pasillos de la Legislatura, el peronismo ya evalúa los costos políticos del desorden inicial y busca reposicionarse frente a los próximos desafíos de la Convención. La reforma recién comienza, pero el tablero ya se mueve.

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