El gobernador acusó al gremio de haber perdido su “herramienta extorsiva” y los docentes respondieron con firmeza: “Lo decide cada maestro en asamblea”. El conflicto se instala a días de una nueva reunión clave.
A días de retomarse la discusión salarial en el marco de la paritaria docente, el conflicto entre el gobierno santafesino y Amsafé vuelve a encenderse. Las declaraciones del gobernador Maximiliano Pullaro durante la apertura de sesiones legislativas, en las que apuntó contra el gremio docente, provocaron malestar entre los trabajadores de la educación pública y encendieron las alarmas sobre el clima con el que llegará la próxima reunión con el Ejecutivo.
“El gremio docente perdió su herramienta extorsiva”, lanzó Pullaro, en respuesta a la falta de acuerdo paritario y los reclamos de los gremios por salarios atrasados y falta de una propuesta concreta para el segundo trimestre. “Los chicos empiezan las clases cuando tienen que empezar”, remarcó el mandatario, adjudicando como un logro propio el cumplimiento del calendario escolar.
Desde Amsafé salieron al cruce. Paulo Juncos, secretario gremial del sindicato, calificó los dichos como un intento de “profundizar el enfrentamiento con los docentes” y advirtió que no contribuyen a generar condiciones de diálogo. “Ningún dirigente resuelve un paro por decisión propia. Las medidas se votan en cada escuela y cada asamblea docente”, respondió.
Según detalló el dirigente, el próximo miércoles se llevará a cabo una nueva reunión paritaria, donde esperan que el gobierno oficialice por fin una oferta de incremento salarial. “Lo vamos a resolver en asambleas, pero no descartamos jornadas de paro y movilización”, anticipó Juncos, dejando abierto el escenario a nuevas medidas de fuerza.
El contexto es delicado. Según el gremio, durante el primer trimestre de 2024 los salarios docentes perdieron un 5% frente a la inflación, y aún no hay señales de una recomposición real. Además, se reclama una revisión del presentismo obligatorio –al que consideran injusto y riesgoso para la salud laboral–, y una actualización que contemple la pérdida acumulada del poder adquisitivo, estimada en un 20%.
“La paritaria debería ser un espacio de construcción y de consensos en tiempos difíciles. Lo que el gobernador hace con estas declaraciones es romper esos puentes antes de cruzarlos”, señaló Juncos. En esa línea, insistió en que Amsafé no actúa por motivaciones políticas ni por presión dirigencial: “Las decisiones de este gremio se toman de manera democrática, escuela por escuela”.
El malestar también alcanza otros ejes estructurales, como la reciente reforma previsional, que afecta a jubilados y trabajadores en actividad, y que será puesta en debate en las próximas semanas por el gremio. “Es tiempo de replantear muchas cosas. Pero para eso, el gobierno debe estar dispuesto a escuchar”, concluyó Juncos.
Con un frente docente movilizado, un gobierno que endurece su discurso y una negociación sin avances concretos, la paritaria que se reanuda el miércoles podría ser una de las más tensas del año.