Por Hernán Rodríguez Berardi *
Subido a la furia e irreverencia libertaria, el concepto de viabilidad política parece ser uno de los más subestimados por el nuevo Presidente.
La gestión de gobierno inaugura una nueva etapa con un líder indiscutido que intenta imponer su visión libertaria, con una estructura ministerial y parlamentaria débil y sin presencial territorial. Sus formas de acción política siguen con el chip de la campaña electoral ¿Si así llegamos hasta acá, por qué cambiar?
Estrategia política de la Ley Bases.
La Ley Bases es un ejemplo claro de esta actitud. Veamos ¿tenía la “oposición dialoguista” alguna chance de rechazar la Ley? No. Un rechazo significaba ofrecerle un triunfo a UxP, qué por su historia reciente, composición ideológica y muchísimos etc más, era poco probable que suceda. Su juego iba a ser poner frenos, pero no más. El trazo grueso de la ley estaba asegurado de antemano.
Pero la falta de funcionarios que actúen como interlocutores válidos y la traumática estrategia parlamentaria de “todo o nada” llevó a roces innecesarios con aliados y a exabruptos como “los voy a fundir a todos” que rápidamente hizo sonar la alarma de los gobernadores, que a coro pusieron un dique de contención a la avanzada.
Lección: menos dogma y más política. Menos es más. En un país diverso y complejo como el nuestro, es necesario que el Presidente entienda que no puede gobernar solo, que necesita del apoyo y la colaboración de otros sectores. En un Congreso fragmentado es necesario que la LLA se fortalezca y complemente su minoría. Con poco puede conseguir mucho.
Pinceladas distópicas.
Si bien durante las primeras semanas el Presidente parecía explorar la vía pragmática durante el armado de su gabinete, de momento parece claro que pesa más su mirada obstinada y de confrontación directa con quienes no se alinean a su discurso, a quienes no duda de calificar de “zurdos”, “empobrecedores”, etc. Un clima de época.
Este paisaje distópico encontró el punto más alto en Davos cuando el mundo occidental se encontró en peligro por el avance del comunismo/colectivismo. Si, a 40 años de la caída del muro de Berlin.
Este cóctel se mezcla diariamente con dosis de mensajes pírricos a través de “Tweets” y “Retweets”, algunos de la más baja calaña como “cabeceador de bebes” contra Lousteau,. También encontramos ministros que atienden con mesitas en la puerta, videos exacerbados como los de Agustin Laje y más. Verdadero clima de época.
Pero el verano también nos dejó frases célebres como las de Miguel Pichetto (el político que mayor soltura mostró y terminó siendo clave para encauzar este proceso) ¡“no sean pelotudos!” casi como el comisario gorgori, “guiño”, “guiño”, ante la mirada cómplice de Massot.
En fin,un verano urgente y agobiante donde los valores humanos están ausentes o amenazados, en contraste con una visión de un mundo mejor.
Lic. Hernán Rodríguez Berardi *
Politólogo
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