Es la frase de una canción de “Los Auténticos Decadentes” que bien podría encajar con lo que ocurre en Rosario, y con un gobierno que se embriago en los números de un relato que más temprano que tarde explotó por los aires.
Con los asesinatos del jefe de la barrabrava de Rosario Central Andres “Pillin” Bracamonte y uno de sus laderos Daniel Atardo, la ciudad de Rosario vuelve a estar en el ojo de la tormenta. La paz (mínima) que había comenzado a tomar valor, duró poco y la violencia se encamina a estar, una vez más, en el centro de la escena.
48 horas despues, el Gobernador Maximiliano Pullaro, encabezó un nuevo encuentro de la Junta Provincial de Seguridad llamada de urgencia y con muchos temores, en el marco del asesinato del jefe de la barra de Rosario Central.
En la reunión, el Ministerio de Justicia y Seguridad informó sobre la adquisición de tecnología y equipamiento para la Policía y el Servicio Penitenciario, la capacitación y formación policial, la cobertura de vacantes judiciales e indicadores, pero también aprovechó a contextualizar sobre lo sucedido el fin de semana.
Dentro de ese contexto, Pullaro, uno de los principales apuntados detrás de la muerte de Pillín en pleno Bv. Avellaneda donde en el momento justo del asesinato no había luz, remarcó a la Junta de Seguridad «porque es un ámbito de construcción de políticas públicas, en donde juntos, los tres poderes del Estado, hemos avanzado muchísimo en una problemática que nos golpeaba fuertemente en Santa Fe».
El clima del encuentro además de tenso, fue sin dudas el quiebre de una situación que muchos de los participantes venían advirtiendo en off, “les planteamos al Gobernador y su ministro que no se envalentonen con los números, porque en cualquier momento eso se puede dar vuelta”, dijo uno de los presentes. Otra voz consultada sobre el cónclave dejo dos datos contundentes: “La comunicación en el Gobierno es tan mala, que nadie advirtió lo que declaró Bracamonte hace unos días a un medio de Buenos Aires”, pero tambien aseguro: “No se quieren echar culpas para no romper el frente gobernante, pero la luz estaba cortada, esas calles sin operativo policial y las ambulancias no quisieron parar, dicho por testigos que lo contaron en redes”.
Si bien la amplia mesa de diálogo fue fundamental para analizar los índices delictivos, el foco estuvo en el doble crimen ocurrido el pasado sábado en las inmediaciones del Gigante de Arroyito donde Pillín Bracamonte y su mano derecha fueron asesinados. Por supuesto que conjeturas dentro de una investigación hay muchas, pero hasta el momento todas son poco claras y no hay detenidos.
Tanto para Pullaro, como para el ministro de Justicia y Seguridad, Pablo Cococcioni, el tema era imposible de esquivar. Por ende, ambos hicieron referencia a un hecho que marcó un antes y un después en la ciudad, donde la tranquilidad de la población se volvió a ver alterada tras la caída en la tasa de crímenes que se registró desde marzo en Rosario.
“Me dolió que muchos salieran a plantear como que la ciudad se iba a volver a descontrolar” manifestó Pullaro quién luego agregó que ya se encuentran trabajando en el el caso «La Secretaría de Seguridad de la Nación, el secretario de Inteligencia de Nación, el secretario del Servicio Penitenciario de Nación, el Subsecretario de Seguridad Pública de la Nación, el ministro de Seguridad, el jefe de Gendarmería, que fue ministro de Seguridad de la provincia de Santa Fe, el Secretario de Seguridad Pública, el Secretario de Análisis, el Secretario de Inteligencia, la Tropa de Operaciones Especiales, la Policía de Inteligencia que tenemos trabajando”.
«Quiero valorar lo que hicimos acá, porque la verdad que la caída significativa de los datos en materia de violencia y de seguridad pública, les puedo asegurar que este va a ser el año menos violento de la provincia», prometió el Gobernador.
Más allá de la cuestión investigativa de un hecho policial violento y donde el protagonista es un hombre pesado dentro de la mafia de Rosario, nadie puede escapar a la cuestión política que hay detrás de cada suceso conmocionante como este.
Incluso estos hechos son de esos donde generalmente debería caer algún responsable, ya que indudablemente las cientos de personas que transitaban por el Bulevar Avellaneda el sábado por la noche denunciaron a viva voz que hubo un sin fin de negligencias. Las preguntas son: ¿Podrá la soberbia dirigencial reconocer los errores? o ¿Solo habrá que esperar como las consecuencias la vuelven a pagar los inocentes?.
Qué se sabe de la muerte de Pillín Bracamonte
Andrés “Pillín” Bracamonte, líder de la barrabrava de Rosario Central, y Daniel “Rana” Attardo, su segundo al mando y también sindicalista, fallecieron tras un ataque a balazos luego de la derrota del equipo contra San Lorenzo. El ataque ocurrió el sábado por la noche, a varias cuadras del estadio, en la intersección de Avellaneda e Ibarlucea.
Según informaron fuentes policiales, y los primeros testigos del caso, una moto se acercó a gran velocidad y disparó alrededor de 20 veces contra ambos líderes de la barrabrava del club rosarino. Tras su fallecimiento, los resultados de las autopsias se dieron a conocer en las últimas horas y revelaron que cada una de las víctimas recibió cinco disparos a muy corta distancia.
En este sentido, la Justicia ya investiga lo ocurrido y la principal hipótesis entre los investigadores es que el hecho se trató de un ajuste de cuentas en la interna de la barra brava de Rosario Central. «Hace unos días habían matado a uno de la banda contraria y en este caso se la ´tenían jurada´. Hay mucho poder y dinero en juego» es el relato de varios testigos del hecho que conocen los pormenores de la interna barra en Rosario.
El fiscal Alejandro Ferlazzo, a cargo de la investigación por el crimen de los barrabravas, destacó que por el momento «no hay detenidos», aunque si detalló que que serían «tres los atacantes». En una conferencia de prensa, Ferlazzo relató cómo avanza la investigación por el doble asesinato que estremece a la ciudad santafesina de Rosario: «La mecánica del hecho ya se conoce, Bracamonte y su allegado iban en una camioneta cuando fueron embestidos y atacados. Hubo más de 11 disparos, cada uno recibió cinco tiros».
«Estamos trabajando con las cámaras de seguridad del lugar, las cuales funcionan», explicó Ferlazzo. Más allá de la escena del crimen y refiriéndose a la principal hipótesis que manejan, el fiscal afirmó que lo ocurrido se enmarcaría dentro de los «múltiples conflictos extendiéndose a lo que es la barra de Rosario» y que se investigan los otros atentados «muy recientes».