La crisis institucional en Newell’s Old Boys estalló y, con ella, se reactivaron las disputas políticas dentro y fuera del club. La gestión de Ignacio Astore, golpeada por los malos resultados deportivos y los conflictos con la AFA, enfrenta un reclamo creciente de elecciones anticipadas. Pero más allá de la interna futbolística, la política santafesina y rosarina vuelve a jugar un papel determinante en la vida del club más importante del interior del país.
De la cancha a la rosca: el trasfondo de la crisis
El descontento con la gestión de Astore no es nuevo, pero la situación se agravó luego de la derrota ante Rosario Central en el Coloso Marcelo Bielsa, que derivó en el cambio de entrenador. Sin embargo, la caída posterior ante Barracas Central, club presidido por Matías Tapia, hijo del titular de la AFA, Claudio «Chiqui» Tapia, intensificó las tensiones. La relación entre Astore y Tapia siempre fue distante, pero se rompió definitivamente cuando el dirigente leproso se reunió con Mauricio Macri, opositor histórico del presidente de la AFA y defensor de las Sociedades Anónimas Deportivas.
La relación con la AFA se envenenó aún más en junio de 2023, durante el homenaje a Maxi Rodríguez, en el que participaron Lionel Messi y ángel Di María. En pleno evento, la barra de Newell’s desplegó una bandera con referencias a la banda narco «Los Monos», lo que provocó la inmediata retirada de Tapia. Desde entonces, los arbitrajes adversos y las disputas con la dirigencia del fútbol argentino se convirtieron en un problema recurrente para el club.
La presión por elecciones y el factor Javkin
Ante el descontento creciente, un grupo de socios e hinchas tomó la sede del club exigiendo elecciones anticipadas y la renuncia de la Comisión Directiva. La oposición, liderada por dirigentes como Daniel Giraudo y el ex presidente Cristian D’Amico, presiona para que el recambio institucional ocurra antes del cierre del mercado de pases en julio. Sin embargo, Astore busca dilatar los tiempos para sostener su mandato.
En este contexto, el intendente de Rosario, Pablo Javkin, también se metió en la discusión. Socio e hincha del club, Javkin evitó tomar partido en las elecciones de 2021, pero ahora celebró la posibilidad de un anticipo electoral: «Es lo mejor que podía pasar», afirmó. Su relación con el empresario Ignacio Boero, quien suena como posible candidato a presidente de Newell’s y tiene vínculos cercanos con el gobernador Maximiliano Pullaro, refuerza la sospecha de que el intendente buscará influir en la renovación dirigencial.
Los nombres que emergen en la oposición
El empresario Ignacio Boero (en la foto junto al Ministro de Educación José Goity) es una de las figuras que gana protagonismo. Con apoyo de sectores vinculados al oficialismo provincial, criticó duramente a Astore: «Newell’s necesita una dirigencia confiable y con visión estratégica». Otro actor en escena es el ex vicepresidente D’Amico, cercano a Tapia y con intenciones de volver a la dirigencia.
El ex jugador Lucas Bernardi también insinúa una posible candidatura, aunque su relación con la hinchada es más tensa que la de otros referentes. Pero el nombre que genera más expectativas es el de Maxi Rodríguez, quien, aunque no ha manifestado intenciones de involucrarse en la política del club, es visto por muchos socios como el líder capaz de encabezar un proyecto de renovación.
El futuro de Newell’s, entre la política y la gestión deportiva
La crisis de Newell’s vuelve a poner en evidencia la estrecha relación entre el fútbol y la política. Con el oficialismo debilitado y una oposición que busca unificarse, la posibilidad de elecciones anticipadas se convierte en el punto clave para definir el futuro del club. La disputa por el poder en Newell’s no es solo una cuestión deportiva: es una batalla política en la que intervienen dirigentes provinciales, municipales y nacionales. En el Parque Independencia, la pelota sigue rodando, pero el verdadero partido se juega en los despachos.