El incremento pactado establece un 5% de aumento sobre la política salarial vigente en cada jurisdicción, distribuido en un 3,1% para enero y un 1,9% para febrero. Se trata de un ajuste remunerativo y bonificable, con la garantía de que ningún trabajador municipal perciba menos de $120.000 de suba acumulada en el primer bimestre del año ($50.000 en enero y $70.000 en febrero).
Este acuerdo fija un piso salarial que no podrá reducirse en ninguna localidad de la provincia. Además, habilita a los sindicatos municipales a gestionar mejoras adicionales en aquellas localidades con mayor capacidad financiera.
El nuevo esquema impactará en todos los trabajadores y trabajadoras de los municipios y comunas, independientemente de su modalidad contractual, incluyendo a personal de planta permanente, contratados y eventuales. En consecuencia, el Salario Mínimo Garantizado de Bolsillo se elevará a $615.368 en enero y $635.368 en febrero.
Asimismo, se confirmó que el incremento salarial será trasladado íntegramente al sector pasivo. En cuanto a las Asignaciones Familiares, el ajuste del 200% actualizará todos los conceptos previstos en la Ley Provincial 9290, representando una mejora significativa para los empleados municipales con cargas de familia.
Con este acuerdo, el conflicto paritario parece descomprimirse, aunque desde Festram advirtieron que seguirán monitoreando la evolución de los salarios ante el contexto inflacionario. Por su parte, los intendentes destacaron el esfuerzo realizado para sostener el poder adquisitivo de los empleados públicos locales en medio de las dificultades económicas que enfrentan los municipios y comunas.